Brazil narrowly avoided a far-right military coup and the assassination of a supreme court judge just days before President Luiz Inácio Lula da Silva assumed office in January 2023, according to a federal police report. The report, made public on Tuesday, details a complex three-year conspiracy aimed at helping right-wing populist Jair Bolsonaro retain power by spreading false claims of electoral fraud through social media. This plot was expected to culminate on December 15, 2022, with Bolsonaro signing a “coup decree” to facilitate a military takeover. However, the coup attempt was thwarted due to lack of support from the military’s top brass. Bolsonaro, along with 37 others, was accused of being involved in a criminal conspiracy to undermine Brazil’s democratic system through a coup, which he denied. The report also reveals contingency plans in case the coup failed, including a military-style escape plan for Bolsonaro. Other shocking details include plans to abduct or assassinate Supreme Court Judge Alexandre de Moraes, as well as a plot to poison or harm Lula and his vice-president. The report traces back to Brazil’s history of military rule, which began with the overthrow of leftist President João Goulart in 1964. Fue responsable de un decreto notorio llamado AI-5 que le otorgó amplios poderes dictatoriales y dio inicio a los llamados “años de plomo”, un sombrío período de tiranía y violencia que duraría hasta 1974.
¿Qué pasó durante la dictadura?
Los partidarios del régimen militar de Brasil de 1964-1985, incluido Jair Bolsonaro, lo acreditan con traer seguridad y estabilidad al país sudamericano y maquinar un “milagro” económico de una década.
También impulsó varios proyectos de infraestructura faraónicos, incluida la todavía inacabada carretera Transamazónica y el puente de ocho millas sobre la bahía de Guanabara en Río.
Pero el régimen, aunque menos violento que los de Argentina y Chile, también fue responsable de asesinar o matar a cientos de sus opositores y encarcelar a miles más. Entre los encarcelados y torturados se encontraba la primera presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en ese momento una rebelde de izquierda.
También fue un período de censura severa. Algunos de los músicos más queridos de Brasil, incluidos Gilberto Gil, Chico Buarque y Caetano Veloso, se exiliaron en Europa, escribiendo canciones sobre sus salidas forzadas.
¿Cómo terminó?
Los exiliados políticos comenzaron a regresar a Brasil en 1979 después de que se aprobara una ley de amnistía que comenzó a allanar el camino para el retorno de la democracia.
Pero el movimiento pro democracia “Diretas Já” solo cobró fuerza en 1984 con una serie de vastas e históricas manifestaciones en ciudades como Río de Janeiro, São Paulo y Belo Horizonte.
El gobierno civil regresó al año siguiente y se introdujo una nueva constitución en 1988. Al año siguiente, Brasil celebró su primera elección presidencial directa en casi tres décadas.
Esta semana, las revelaciones han horrorizado y sorprendido a muchos ciudadanos en un país que solo emergió de 21 años de dictadura militar en 1985. Varios de los acusados de ser parte del complot golpista pro-Bolsonaro de 2022 eran parte de ese régimen de 1964-85. Durante la década de 1970, el Gen Heleno fue ayudante del Gen Sylvio Frota, un miembro notoriamente duro del régimen militar que estuvo involucrado en el golpe de 1964 que derrocó al presidente de izquierda de Brasil, João Goulart.
“¿Qué tan segura es nuestra democracia?” preguntaba el titular de un artículo de opinión en uno de los periódicos más grandes de Brasil, la Folha de São Paulo, el martes por la noche.
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