Downing Street ha negado las acusaciones de que un diplomático británico expulsado de Rusia era un espía. Las agencias de noticias estatales rusas informaron que el servicio de seguridad del país, la FSB, acusó al diplomático, cuya foto fue compartida en los boletines de noticias rusos, de proporcionar información falsa en sus documentos y llevar a cabo actividades de espionaje. Cuando preguntaron si se produciría una expulsión recíproca, un portavoz de la No 10 dijo que estaban “considerando” su respuesta. “Para ser claros, rechazamos estas acusaciones”, dijo, calificándolas de “infundadas”. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, dijo que el ministerio también había convocado al embajador británico, según informó la agencia de noticias Tass. Las imágenes muestran el coche del embajador británico llegando al Ministerio de Relaciones Exteriores en Moscú. Según Tass, la FSB dice que el diplomático era un reemplazo de uno de los seis diplomáticos del Reino Unido expulsados en agosto, también por cargos de espionaje. “Esta no es la primera vez que el gobierno de [Vladimir] Putin hace acusaciones maliciosas e infundadas contra nuestro personal”, dijo Downing Street. “El gobierno del Reino Unido no se disculpa por proteger nuestros intereses nacionales y responderá en su momento, y nuestra embajada en Moscú continuará su importante trabajo en Rusia para apoyar los intereses del Reino Unido”. Esto ocurre en medio de las relaciones cada vez peores entre el Reino Unido y Rusia desde la invasión a gran escala de Ucrania en 2022. La semana pasada se supo que el Reino Unido levantó las restricciones para que Ucrania utilizara misiles Storm Shadow suministrados por los británicos en objetivos dentro de Rusia por primera vez. El presidente Vladimir Putin citó esta medida, junto con el lanzamiento de misiles de mayor alcance suministrados por Estados Unidos en territorio ruso, como la razón detrás de la decisión de Rusia de lanzar un nuevo misil hipersónico en la ciudad ucraniana de Dnipro el jueves. Las expulsiones de diplomáticos se han vuelto cada vez más comunes desde que comenzó la guerra. A principios de este año, al diplomático británico Capitán Adrian Coghill se le dio una semana para salir de Rusia, días después de que el agregado de defensa ruso fuera expulsado de Londres por presunto espionaje como “oficial de inteligencia militar no declarado”. También se ha prohibido la entrada en el país a más políticos y periodistas británicos. El martes, Rusia añadió 30 más a su “lista de parada” por lo que llamó “acciones hostiles”. En la lista se incluyen: la Viceprimera Ministra Angela Rayner, la Ministra del Interior Yvette Cooper, la Canciller Rachel Reeves y la Secretaria de Justicia Shabana Mahmood. Rusia ha prohibido anteriormente la entrada a políticos y periodistas británicos, incluidos de la BBC, Sky News y Channel 4. En 2022, prohibió al actual Primer Ministro Keir Starmer y al Ministro de Relaciones Exteriores David Lammy, entre otros altos funcionarios del gobierno. La líder del partido Conservador Kemi Badenoch también fue prohibida en el mismo año.