Cuatro días después de los disturbios en las calles del distrito de Son Gotleu en Palma, alrededor de 300 residentes se reunieron el viernes por la tarde para pedir la expulsión de los argelinos y poner fin a la violencia.
Representando a diferentes comunidades – españoles (incluidas familias gitanas), marroquíes, nigerianos y otros – estaban unidos contra quienes consideran la causa de los problemas recientes.
Hace aproximadamente cuatro meses, jóvenes argelinos comenzaron a llegar a Son Gotleu. Se les acusa de asaltos, robos con violencia y agresiones. Se dice que siempre llevan cuchillos y con frecuencia están bajo los efectos de las drogas. En su mayoría han ocupado edificios ocupados.
La policía – Nacional y de Palma – estuvo presente en gran número. Muchos agentes estaban de paisano. Se esperaba que esta presencia se mantuviera durante varias horas.