Al menos 35 personas han sido asesinadas en un ataque con coche en el sur de China, creyéndose que es el acto de violencia pública más mortal conocido en el país en décadas.
La policía dice que un hombre chocó su coche contra un estadio en Zhuhai el lunes, donde atropelló a grupos de personas que hacían ejercicio en la pista deportiva.
Al menos 45 personas – entre ellas ancianos y niños – resultaron heridas.
Mientras reportaba sobre el ataque, el corresponsal de la BBC en China, Stephen McDonell, fue ordenado enojadamente que dejara de grabar.
No está claro quién era el hombre que intentó detener la cobertura, aunque cuando historias sensibles como esta se desarrollan en China, los funcionarios locales del Partido Comunista organizan grupos de cuadros para fingir ser lugareños indignados a quienes se les ha dado el papel de atacar a los reporteros extranjeros para evitar cualquier cobertura.
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