El Ministerio de Justicia e Interior ha emitido una circular dirigida a los ayuntamientos de la Comunidad Valenciana para recordarles las normas de seguridad que deben cumplir los locales públicos, que incluyen piscinas de uso colectivo y parques acuáticos en sus municipios.
La circular advierte que la capacidad de las piscinas y parques acuáticos no debe exceder la aprobada en las licencias de apertura. También recomienda colocar puntos de entrada y salida separados, marcar áreas de paso y evitar aglomeraciones. En cuanto a la venta de entradas, se aconseja utilizar medios electrónicos para reducir las transacciones en taquilla.
En las atracciones de los parques acuáticos, también será obligatoria la presencia de monitores para garantizar el uso correcto de las instalaciones.
El documento enviado a los municipios recuerda que las piscinas de uso colectivo deben contar con socorristas para preservar la seguridad de los bañistas.
Las piscinas con una superficie de agua inferior a 200 metros cuadrados y con acceso mediante entrada o cuota deben contar con una persona que vigile a los bañistas y supervise las normas relacionadas con la prevención de incidentes.
Las piscinas con una superficie de agua entre 200 y 500 metros cuadrados deben tener al menos un socorrista. En el caso de piscinas entre 500 y 1.000 metros cuadrados, la normativa regula un mínimo de dos.
Para las piscinas cuya superficie supere los 1.000 metros cuadrados, se requiere un socorrista adicional por cada 500 metros cuadrados de superficie. Las normas también indican que las piscinas en las que el acceso de menores no esté controlado deben contar con barreras de protección con un sistema de cierre y bloqueo que impida su acceso.
La circular también informa que los socorristas que presten sus servicios profesionales en estos lugares ubicados en la Comunidad Valenciana deben contar con la cualificación oficial necesaria o aprobar los cursos organizados o reconocidos por organismos públicos, en academias o centros de enseñanza con aulas adecuadas para clases teóricas y prácticas, con el equipamiento y material adecuado que puede incluir al menos temas relacionados con natación, prevención, rescate y primeros auxilios.
Por último, las piscinas deben contar con un contrato de seguro que cubra la responsabilidad civil por daños a terceros, riesgo de incendio, condiciones de las instalaciones o locales, así como daños al personal que preste sus servicios.