Una madre cuyo hijo está siendo retenido como rehén por Hamas en Gaza ha acusado al gobierno de Israel de “una operación de engaño cínico que se asemeja a regímenes oscuros”, después de que se descubriera que un portavoz del gobierno había sido arrestado por presuntamente filtrar documentos que podrían haber socavado un acuerdo de cese al fuego y liberación de rehenes.
Esto ocurrió después de que un tribunal en Rishon LeZion anunciara que Eli Feldstein y otras tres personas estaban bajo investigación por filtrar historias a periódicos europeos.
La Radio de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) también informó de un quinto arresto en conexión con la investigación, supuestamente un mayor en la rama de seguridad de la información del departamento de inteligencia militar, encargado de prevenir e investigar filtraciones. El periódico Haaretz dijo que todos los sospechosos no identificados eran de esta unidad.
El primer ministro Benjamin Netanyahu ha negado cualquier irregularidad por parte de su personal, pero figuras de la oposición y familias de rehenes han acusado a su gobierno de sabotear las negociaciones.
Las historias, dadas al Jewish Chronicle de Gran Bretaña y al tabloide Bild de Alemania, estaban basadas en información parcial o falsa y llegaron en un momento crucial para las negociaciones de rehenes.
Hablando en una protesta en Tel Aviv, Einav Zangauker, cuyo hijo Matan ha sido retenido por Hamas durante más de un año, dijo que las historias “apoyaron las mentiras de propaganda de Netanyahu para torpedear el acuerdo”.
Los documentos afirmaban que Hamas planeaba contrabandear rehenes israelíes a Egipto, con la intención de sabotear cualquier acuerdo de cese al fuego propuesto.
Algunos comentaristas dicen que las revelaciones fueron políticamente útiles para la posición inflexible de Netanyahu en las conversaciones, que casi no han avanzado.
Más de 100 rehenes de los 251 tomados por Hamas el 7 de octubre de 2023 siguen desaparecidos.
Después de que las historias se publicaran en septiembre, las FDI iniciaron una investigación para descubrir la fuente de las filtraciones.
Esto finalmente llevó al arresto de Eli Feldstein, junto con otras tres personas cuyas identidades no han sido reveladas.
El Sr. Feldstein había estado trabajando como portavoz del gobierno y a menudo se le veía acompañando al primer ministro en visitas. Anteriormente había trabajado para el Ministro de Seguridad Nacional de extrema derecha, Itamar Ben-Gvir, y antes de eso había servido como portavoz de las FDI.
Tras conocerse su arresto, dos políticos de la oposición celebraron una conferencia de prensa.
Benny Gantz, quien hasta hace poco formaba parte del gabinete de guerra de Netanyahu, dijo que si información sensible de seguridad se utilizaba para una “campaña de supervivencia política”, no solo sería un delito, sino también “un crimen contra la nación”.
Hablando en el mismo evento, el líder de la oposición, Yair Lapid, dijo que si el primer ministro sabía sobre las filtraciones, “sería cómplice de uno de los delitos de seguridad más graves” y que si no lo sabía, no estaría apto para el cargo.
Las revelaciones también provocaron duras críticas de parte de las familias de los rehenes, quienes se han vuelto cada vez más frustradas por la incapacidad del gobierno para asegurar la liberación de sus seres queridos.
Dijeron que implicaba una campaña activa para desacreditarlos, calificándola como “una baja moral sin fondo. Esto es una lesión fatal a los restos de confianza entre el gobierno y sus ciudadanos”.
Los documentos se publicaron en periódicos europeos, presuntamente para evadir las leyes de censura militar en Israel.
El Jewish Chronicle (JC) se vio envuelto en un escándalo después de descubrirse que había publicado historias basadas en una única fuente anónima. El escritor independiente detrás de los artículos fue despedido, y finalmente los artículos fueron retirados.
Los artículos afirmaban que el fallecido líder de Hamas, Yahya Sinwar, quien fue asesinado por tropas israelíes en el sur de Gaza el mes pasado, estaba rodeado por un grupo de unos 20 rehenes, y que se habían descubierto planes para contrabandear tanto a Sinwar como a los cautivos a Egipto. Destacados periodistas de seguridad israelíes cuestionaron la veracidad de los informes.
Varios escritores de renombre renunciaron al periódico, acusándolo de carecer de estándares periodísticos.
Jonathan Freedland, Hadley Freeman y David Aaronovitch anunciaron que renunciaban a sus columnas debido a lo que Freedland describió como “una gran vergüenza” en el periódico judío más antiguo del mundo.
En ese momento, el JC dijo que había llevado a cabo una “investigación exhaustiva” sobre uno de sus periodistas independientes, Elon Perry, “después de que se hicieran acusaciones sobre aspectos de su historial”.
Dijo que no estaba satisfecho con algunas de las afirmaciones hechas por el escritor, por lo que eliminó sus artículos y puso fin a su asociación con él.
Elon Perry le dijo a BBC News que el JC “había cometido un gran error con su declaración”. Dijo que no podía revelar su fuente a los editores del JC y describió una “caza de brujas en mi contra causada por la envidia”.
Mientras tanto, los artículos de Bild estaban basados en un conjunto diferente de documentos de inteligencia. Aunque se comprobó que eran auténticos, el destacado periodista de seguridad Ronan Bergman encontró que su importancia había sido enormemente exagerada.
Fue la publicación de esta historia lo que desencadenó la investigación por parte de las FDI y los servicios de seguridad, que finalmente llevó a los arrestos.
A pesar de la fuerte crítica que está enfrentando, pocas personas aquí creen que el escándalo resultará fatal para el mandato de Netanyahu. Ya se enfrenta a múltiples casos judiciales por cargos de soborno, fraude y abuso de confianza, los cuales niega, pero sigue en el poder, respaldado por una coalición de partidos de extrema derecha y religiosos.
“No es como si hubiera un cargo donde puedas decir, ‘Bueno, todavía no han lanzado esto contra el primer ministro, esto lo va a derrocar'”, dice Anshel Pfeffer, un destacado comentarista del periódico Haaretz.
Me dijo que no hay indicios de que el gobierno esté colapsando. “Su línea ha sido que él es la víctima de un grupo de abogados y periodistas, y ahora también están añadiendo al establecimiento de seguridad, que según dicen están en su contra”.
Netanyahu ha tratado de distanciarse de las acusaciones, diciendo que el portavoz arrestado nunca tuvo acceso a información clasificada.
A pesar de eso, este es un escándalo creciente que ha dañado aún más la ya deteriorada relación entre el gobierno y las familias de los rehenes.