Pero eso nos hizo ser más cuidadosos con la imagen. Nos esforzamos por hacer pelÃculas más artÃsticas, más profundas. No creo que eso haya cambiado mucho”, dijo. “Pero supongo que a medida que envejezco, me doy cuenta de que la industria es diferente. Todo el mundo quiere hacer dinero, asà que a veces tienes que hacer concesiones”.
A pesar de las concesiones, Kurosawa sigue buscando oportunidades para desafiarse a sà mismo y a su audiencia. Y, a juzgar por su apretada agenda de producción y promoción, tiene mucho más que ofrecer en el futuro.
Hice algunas películas mudas. El diálogo tenía que ser simple. Eso me empujó hacia el cine de género”, explicó. Eso, y una dieta de ‘películas de explotación’ o ‘títulos de género’ de los años 1970 y 1980, para usar la terminología contemporánea.
“Hoy en día hay dos grupos principales de cineastas en Japón. El primer grupo está formado, por supuesto, por cineastas comerciales. Se centran principalmente en el mercado interno japonés. Luego hay otro grupo que es más sensible, que se preocupa más por su propio estilo y le gustaría expandirse al mercado internacional, tal vez recaudar fondos allí también”, dijo Kurosawa a Variety. “Es una lástima que exista este tipo de división. Quizás soy una mezcla de los dos”.
De hecho, Kurosawa ha sido una especie de pionero en el cine japonés de coproducción extranjera y ha trabajado en el extranjero al menos en tres ocasiones. Su acertadamente llamado “Hasta los confines de la Tierra” fue realizado en colaboración con Uzbekkino de Uzbekistán.
Kurosawa también respeta la experimentación en los demás. Cuando se le preguntó a quién admira más entre la generación más joven de cineastas japoneses, rápidamente identificó al director de “Drive My Car”, Hamaguchi Ryusuke.
“Hamaguchi es muy diverso, siempre trata de tomar caminos diferentes, haciendo películas muy diferentes a las mías”, dijo Kurosawa, antes de agregar elípticamente: “Hablamos a menudo, pero no sobre nuestro trabajo”.