La tecnología digital es un aspecto importante de nuestra vida diaria, desde mensajes de WhatsApp y correos electrónicos hasta transmisiones y desplazamientos en las redes sociales. El costo ambiental de nuestra huella de carbono en línea se está volviendo cada vez más difícil de ignorar.
Recientemente, The Guardian exploró las sorprendentes emisiones de carbono de tareas digitales cotidianas, como correos electrónicos y videollamadas, destacando cómo nuestras actividades en línea aparentemente inofensivas se suman a un impacto ambiental considerable. Mientras que las grandes empresas tecnológicas invierten en vastos centros de datos para mantenerse al día con nuestras crecientes demandas digitales, se alienta a las personas a considerar una “dieta de datos” para ayudar a reducir su huella de carbono personal.
Un día típico en línea: Huella de carbono
Para una persona promedio, las actividades en línea diarias vienen con costos de carbono sorprendentes. Simplemente enviar un correo electrónico genera alrededor de 17g de emisiones de CO₂. El reportero de The Guardian descubrió que incluso recibir un correo electrónico detallado de su editor y pasar tres minutos leyéndolo sumaba 17g de CO₂ a su total de carbono. Para ponerlo en contexto, mientras que un correo electrónico puede parecer insignificante, las emisiones crecen rápidamente con cada clic y desplazamiento.
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La transmisión en continuo es aún más energéticamente intensiva, con Netflix estimando que la transmisión de video en HD utiliza alrededor de 3GB de datos por hora, generando 36g de CO₂ por hora, equivalente a hervir una tetera. Los chats grupales de WhatsApp generan 2.35kg de CO₂ cada semana, y las videollamadas consumen hasta 15MB por minuto, sumando a las emisiones continuas.
Se están invirtiendo miles de millones en centros de datos
Los vastos centros de datos a nivel mundial albergan todo, procesando y almacenando datos las 24 horas del día. Empresas como Amazon, Google y Microsoft han invertido miles de millones en la expansión de centros de datos, con Amazon solo gastando £8 mil millones (€9.5 mil millones) en el Reino Unido en los próximos cinco años.
Sin embargo, la conciencia está creciendo en torno al seguimiento de las huellas de carbono, con muchas iniciativas en marcha para ayudar a reducir la huella de carbono. El año pasado, la Guardia Civil de España mostró su compromiso de reducir el impacto ambiental registrando el cálculo de su huella de carbono.
Estrategias para reducir las emisiones digitales personales
El investigador Alex de Vries de la Vrije Universiteit Amsterdam en los Países Bajos sugiere un enfoque de “sobriedad digital” para reducir el impacto ambiental de nuestras vidas digitales. Pasos cotidianos pueden marcar la diferencia, como optar por la definición estándar en lugar de HD mientras se transmite o utilizar comunicación basada en texto en lugar de videollamadas siempre que sea posible. Él señala, “Cuando estás usando [aplicaciones digitales], no es como si tuvieras algo apareciendo… diciéndote, ‘Oye, esta actividad tiene esta huella de carbono'”.
Adoptar hábitos reflexivos como estos podría reducir significativamente las emisiones digitales individuales. Por ejemplo, simplemente confiar en emojis en lugar de GIFs en aplicaciones de mensajería reduce el uso de datos porque los emojis se almacenan localmente, mientras que los GIFs requieren una descarga nueva desde los centros de datos.
La imagen más grande: Cómo afectan las emisiones digitales el estilo de vida de los multimillonarios
Aunque las acciones individuales son esenciales, las huellas de carbono de los más ricos del mundo están en una escala completamente diferente. Oxfam informó recientemente que los estilos de vida de lujo y las inversiones de los multimillonarios, especialmente en combustibles fósiles, contribuyen masivamente a las emisiones globales. Las cifras revelan que los jets privados y yates utilizados por multimillonarios como Elon Musk y Jeff Bezos emitieron miles de toneladas de CO₂ en un año, emisiones equivalentes a cientos de años para el individuo promedio.
Además, el informe de Oxfam destaca cómo sus inversiones en industrias altamente contaminantes superan ampliamente las emisiones del transporte privado por sí solo. Por ejemplo, las carteras de los multimillonarios en industrias como el petróleo y la minería generan alrededor de 340 veces las emisiones de sus jets y yates combinados. Si tales huellas de carbono excesivas se volvieran comunes, el calentamiento global podría aumentar, impulsando aún más el cambio climático.
Aunque la huella ambiental de la tecnología puede parecer desalentadora, nuestras elecciones individuales pueden marcar la diferencia. Los cambios simples son pequeños pasos hacia una huella de carbono digital más baja. En última instancia, sin embargo, las empresas tecnológicas y los cambios de políticas jugarán un papel crucial en la gestión de las emisiones a gran escala.