PARÍS — Iga Swiatek jugó como la actual número 1 y la campeona defensora en el Abierto de Francia. No sorprende. Que Naomi Osaka luciera como la ex número 1 que es, y en arcilla, además, significó un anuncio de que sigue siendo muy capaz de jugar tenis de élite.
Impulsándose hacia el final mientras Osaka se desvanecía, Swiatek salvó un punto de partido y se llevó los últimos cinco juegos para colarse a una victoria por 7-6 (1), 1-6, 7-5 en la segunda ronda del Abierto de Francia el miércoles por la noche en un emocionante partido digno de dos mujeres que ambas poseen cuatro títulos de Grand Slam.
“Sin duda, este partido fue realmente intenso. Mucho más intenso para la segunda ronda de lo que esperaba. Sin duda, estaré más preparada la próxima vez”, dijo Swiatek. “Naomi jugó un tenis increíble. … Estoy feliz de que esté de vuelta y esté jugando bien.”
Para Swiatek, esto extendió su racha ganadora en Roland Garros a 16 partidos mientras persigue un tercer trofeo consecutivo en el major de arcilla. Para Osaka, quien lloró al salir de la cancha después de dejar escapar una ventaja de 5-2 en el set final, esto significó un regreso a su mejor juego de golpeo potente.
Fueron de un lado a otro durante casi tres horas mientras la lluvia golpeaba ruidosamente por fuera del techo cerrado en la Court Philippe Chatrier —las lluvias obligaron a posponer 23 partidos individuales hasta el jueves— y una multitud atenta, aunque no llena, alternaba su apoyo entre las dos jugadoras. A veces, los espectadores gritaban antes de que se completara un punto, lo que provocaba una reprimenda del juez de silla Aurélie Tourte durante el partido. Y de Swiatek después.
“A veces, bajo mucha presión, cuando gritas algo durante el rally o justo antes del saque, es realmente, realmente difícil estar concentrado”, dijo Swiatek. “Las apuestas son grandes y hay mucho dinero aquí para ganar. Así que perder algunos puntos puede cambiar mucho. Así que por favor, chicos, si pueden apoyarnos entre los rallies pero no durante, sería realmente, realmente increíble.”
Osaka sirvió para la victoria con un marcador de 5-3 en el set final, y estuvo a punto de ganar, pero metió un revés en la red. Pronto, cuando Osaka falló otro revés, esta vez largo, Swiatek finalmente convirtió un punto de quiebre en su décima oportunidad de ese set, y siguieron jugando.
Tal vez la falta de partidos de alto nivel alcanzó a Osaka, porque sus errores continuaron acumulándose, incluido un doble falta que puso a Swiatek en control 6-5. Swiatek, que ha liderado el ranking de la WTA durante casi todas las semanas desde abril de 2022, luego mantuvo su saque una última vez.
“No siento necesariamente que me arrepienta de nada”, dijo Osaka.
A pesar de todo, esta fue, sin duda, la mejor actuación de Osaka desde que regresó al circuito en enero después de 15 meses ausente mientras se convertía en madre. (Su hija, que ahora tiene 10 meses, acompañó a Osaka a París y recientemente comenzó a caminar.)
“Estaba viendo a Iga ganar este torneo el año pasado, y estaba embarazada. Era simplemente mi sueño poder jugar contra ella”, dijo Osaka. “Cuando pienso en eso de esa manera, creo que me está yendo bastante bien. Y también estoy tratando de no ser demasiado dura conmigo misma. Siento que la enfrenté en su mejor superficie. Soy una niña de cancha dura, así que me encantaría jugar contra ella en mi superficie y ver qué sucede.”
Debido al clima, solo se completaron nueve partidos el miércoles, y los ganadores incluyeron a Coco Gauff, Ons Jabeur, Sofia Kenin, Carlos Alcaraz, Stefanos Tsitsipas y Andrey Rublev.
Han pasado unos años desde que Osaka jugó de manera tan capaz y segura, martillando grandes saques de hasta 122 mph (197 km/h) e imponiendo golpes de fondo. Sus capacidades de golpear rápidamente estuvieron en plena exhibición: Osaka ganó 82 de los 139 puntos (59%) que duraron cuatro golpes o menos, y terminó con una ventaja de 54-37 en total de ganadores.
Todos esos gestos familiares también regresaron. Daba la espalda a Swiatek para reajustarse entre puntos, brincaba en su lugar, tiraba del borde de su visera rosa y golpeaba su palma en su muslo. Osaka celebraba puntos agitando un puño apretado y gritando “¡Vamos!”
Se llevó nueve de los diez juegos para dominar el segundo set y liderar 3-0 en el tercero. Luego 4-1. Luego 5-2.
A medida que una pelota u otra volaba cerca de Swiatek, zumbaba cerca de una esquina o justo en una línea, ella se giraba hacia su banca de invitados y lanzaba una mirada de confusión o preocupación en dirección a su entrenador y su psicóloga deportiva.
“Sentí que durante la mayor parte del partido no estaba realmente (en el) aquí y ahora”, dijo Swiatek. “Mi mente estaba, como, divagando a veces.”
Ella no está acostumbrada a este tipo de tráfico unidireccional que viene directamente hacia ella. Normalmente, es Swiatek quien está entregando sets desequilibrados a expensas de un oponente, especialmente en arcilla. Ahora ha ganado sus últimos 14 partidos este mes, con títulos en la superficie en Madrid y Roma —un doblete en arcilla que ninguna mujer había logrado desde Serena Williams en 2013.
Pero esto marcó un repentino regreso a la Osaka que todos esperaban, partido tras partido, cuando estaba en la cima de sus poderes, subiendo a la cima del ranking y recogiendo dos trofeos cada uno en el Abierto de EE. UU. y el Abierto de Australia desde finales de 2018 hasta principios de 2021.
Fue en mayo de 2021 que Osaka se retiró del Abierto de Francia antes de su partido de segunda ronda, explicando que experimenta “grandes oleadas de ansiedad” antes de hablar con los medios y revelando que había lidiado con depresión. Se tomó un tiempo lejos del tour para un descanso de salud mental, luego optó por otro receso después de que su defensa del título en el Abierto de EE. UU. terminó con una derrota en la tercera ronda.
Ayudó a impulsar un cambio en la forma en que los atletas, los fanáticos del deporte y la sociedad en general entendían la importancia de la salud mental, y provocó que quienes estaban a cargo de varios deportes, incluido el tenis, tomaran en serio el problema e intentaran acomodarlos y protegerlos mejor.
Osaka ingresó con un récord de 0-4 en la superficie roja contra oponentes clasificados en el top 10 y nunca ha pasado de la tercera ronda en Roland Garros. Esto también habría sido su primera victoria en cualquier lugar contra un oponente del top 10 desde enero de 2020.
En cambio, es Swiatek quien avanza y continúa su intento de convertirse en la primera mujer con tres campeonatos seguidos en París desde Justine Henin en 2007-09.