No hay fotos de la ciudad, pero tenía templos piramidales similares a este en la cercana Calakmul. Una enorme ciudad maya ha sido descubierta siglos después de desaparecer bajo la selva en México. Los arqueólogos encontraron pirámides, campos deportivos, calzadas que conectan distritos y anfiteatros en el estado sureste de Campeche. En total, Mr. Auld-Thomas y el Prof Canuto inspeccionaron tres sitios diferentes en la selva. Encontraron 6,764 edificios de varios tamaños. La investigación sugiere que cuando las civilizaciones mayas colapsaron a partir del año 800 d.C., fue en parte porque estaban tan densamente pobladas y no podían sobrevivir a los problemas climáticos. La guerra y la conquista de la región por los invasores españoles en el siglo XVI también contribuyeron a la erradicación de los estados de la ciudad maya. Getty Images. Se encontraron pruebas de las ruinas por un avión que utilizó radar para mapear debajo del dosel de la selva. Muchas más ciudades podrían ser encontradas. La tecnología Lidar ha revolucionado la forma en que los arqueólogos inspeccionan áreas cubiertas de vegetación, como los trópicos, abriendo un mundo de civilizaciones perdidas, explica el Prof Canuto. En los primeros años de su carrera, las encuestas se hacían a pie y a mano, utilizando instrumentos simples para revisar el suelo pulgada a pulgada. Pero en la década desde que se utilizó Lidar en la región mesoamericana, dice que ha mapeado alrededor de 10 veces el área que los arqueólogos lograron en aproximadamente un siglo de trabajo. Auld-Thomas dice que su trabajo sugiere que hay muchos sitios por ahí de los que los arqueólogos no tienen ni idea. De hecho, se han encontrado tantos sitios que los investigadores no pueden esperar excavarlos todos. “Tengo que ir a Valeriana en algún momento. Está tan cerca de la carretera, ¿cómo no? Pero no puedo decir que haremos un proyecto allí”, dice el Sr. Auld-Thomas. “Uno de los inconvenientes de descubrir muchas nuevas ciudades mayas en la era de Lidar es que hay más de ellas de las que nunca podremos estudiar”, agrega. La investigación se publica en la revista académica Antiquity.