El contraataque del impuesto extraordinario amenaza al sector de energía verde de España.

‘El hidrógeno ‘verde’ se encuentra en una etapa de desarrollo relativamente temprana y requiere una inversión sustancial (Valentin BONTEMPS)

El gobierno de izquierda de España ha enfurecido a los gigantes bancarios y energéticos al querer mantener un impuesto extraordinario sobre ellos, amenazando inversiones cruciales para la transición energética verde del país europeo.

El impuesto entró en vigor durante dos años en enero de 2023 para financiar medidas destinadas a proteger el poder adquisitivo de los consumidores a medida que la inflación aumentaba tras el estallido de la guerra en Ucrania.

Pero el gobierno del primer ministro Pedro Sánchez tiene la intención de mantenerlo como parte de un acuerdo de coalición con el partido de extrema izquierda Sumar, una elección confirmada este mes por el Ministro de Economía Carlos Cuerpo.

Varios países han implementado o están considerando impuestos excepcionales para reequilibrar sus presupuestos, incluyendo a los pesos pesados de la UE, Francia e Italia, que están en la mira de la comisión por déficits excesivos.

España también busca reducir su déficit y el impuesto, que recaudó más de 2.800 millones de euros ($3.100 millones) este año según el ministerio de presupuesto, podría ser una herramienta útil.

Cuerpo ha dicho que el impuesto fue efectivo para redistribuir la riqueza sin dañar la competitividad o solvencia de las empresas afectadas.

El gigante bancario Santander y la empresa energética Iberdrola son ejemplos notables, ambos registraron ganancias récord el año pasado.

Pero las empresas dicen que el gobierno ha incumplido su palabra al planear extender el impuesto, introducido en un momento de inflación descontrolada y altas tasas de interés que creen que ya pasaron.

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La gigante petrolera española Repsol anunció esta semana que ya había congelado las inversiones en sus proyectos de hidrógeno verde en el país, citando un “entorno regulatorio desfavorable”, especialmente el impuesto extraordinario.

El llamado hidrógeno ‘verde’, producido con electricidad renovable, ha sido identificado como un posible reemplazo de los combustibles fósiles que emiten carbono como el petróleo, gas y carbón.

Pero la tecnología se encuentra en una etapa relativamente temprana de desarrollo y requiere una inversión sustancial.

– ‘Populismo fiscal’ –

El impuesto extraordinario permanente amenaza con enviar “miles de millones” de euros de inversión a otros países, escribió el jefe de Repsol, Josu Imaz, en el periódico La Vanguardia, criticando el “populismo fiscal” del gobierno.

Foment del Treball, una organización de líderes empresariales catalanes, advierte de repercusiones para el empleo y la inversión debido a lo que considera una medida “discriminatoria” contra el sector energético.

El jefe de la empresa energética Endesa, Jose Bogas, también advirtió que España “perderá oportunidades” generando dudas sobre el futuro del sector energético verde del país, que el gobierno ha convertido en piedra angular de su política.

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De los 308 mil millones de euros destinados a la transición energética para 2030, 252 mil millones provendrán del sector privado.

En junio, el Fondo Monetario Internacional advirtió que los impuestos extraordinarios deben ser temporales para evitar el riesgo de desalentar aún más la inversión débil.

Los oponentes del plan esperan que los aliados inestables del gobierno en el parlamento ayuden a frustrarlo en una votación.

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