Obertshausen/Caravaca de la Cruz – “¡Indescriptible!”, “No hay palabras”, “¡Es abrumador!”. Así describen los casi 60 miembros de la peregrinación de Obertshausen, liderados por el párroco Norbert Hofmann, su tercera visita a Caravaca. La fascinación por las fiestas de los caballos del vino y la Santa Cruz sigue siendo tan intensa como la primera vez. Para el alcalde Manuel Friedrich, esta es su primera inmersión en el encanto de la ciudad sagrada.
Intercambio y lazos de amistad entre Obertshausen y Caravaca
Desde hace 40 años, se considera la idea de un hermanamiento con este centro cultural del sureste español. Las primeras conexiones surgieron con los trabajadores invitados en los años 60, quienes se integraron en la industria automotriz y del cuero. Algunos regresaron a Caravaca para fundar una cooperativa textil. Uno de ellos, Luis Galvez, hoy concejal y fundador de asociaciones locales, se quedó en esta “encantadora pequeña ciudad”.
Los primeros pasos hacia un hermanamiento en los años 80
Galvez introdujo a sus compatriotas en su tierra natal desde los años 80, y luego se intentaron intercambios estudiantiles con grupos de la comunidad. Un autobús con representantes municipales y miembros del gobierno visitó las festividades de mayo, y un equipo incluso recorrió los 2000 kilómetros en bicicleta.
Aunque los primeros intentos por formalizar el hermanamiento durante las festividades no tuvieron éxito, en 2009 se creó en Obertshausen un círculo de amistad que, pese a quedarse sin actividades concretas, terminó donando su saldo de 870 euros a una organización benéfica para enfermos de cáncer en Caravaca.
Interés renovado en la colaboración
En años recientes, la lideranza de Caravaca mostró interés en revitalizar la propuesta de hermanamiento. Obertshausen solicitó una solicitud formal, que sigue pendiente. Sin embargo, el alcalde Friedrich ha priorizado el tema, realizando múltiples conversaciones con su homólogo José Francisco Garcia y encontrando un gran interés de ambos lados para fortalecer esta conexión .
Una relación especial
Mientras en Obertshausen se debate sobre el futuro de sus tres hermanamientos, el interés por Caravaca sigue ardiente. Gracias a iniciativas como las del párroco Hofmann, que ha liderado grandes grupos de peregrinación a esta ciudad, declarada una de las siete santas por el Papa Juan Pablo II, la tradición continúa viva. Caravaca celebra además un Año Santo cada siete años, atrayendo aún más peregrinos.
Tradiciones y festividades
Las festividades se basan en las luchas históricas entre moros y cristianos del siglo XIV, con procesiones que recorren la Gran Via, destacando a los “Cristianos” y “Moros” en escena. Los caballos, adornados con mantas bordadas y llevando vino a los prisioneros según la leyenda, son un espectáculo central de estas festividades, en las que casi todos los ciudadanos participan activamente.