Tres naciones europeas reconocieron formalmente un estado palestino independiente el martes, provocando la ira de Israel mientras continuaba presionando su ofensiva militar en Gaza. Los movimientos previamente anunciados por España, Noruega e Irlanda son en gran medida simbólicos, pero sirven como una reprimenda a Israel ante la creciente frustración internacional por la ofensiva militar del país en Gaza y su ocupación de territorios palestinos a lo largo de los años. También se producen en medio de la indignación global por un ataque aéreo israelí el domingo que mató a docenas de personas en un campamento para desplazados palestinos en Rafah, a pesar de los llamamientos internacionales para que el ejército frene su ofensiva en la ciudad sureña de Gaza. La creciente preocupación por el número de víctimas civiles podría llevar a más países a seguir el ejemplo, según analistas. El ministro de Relaciones Exteriores de Israel, Israel Katz, acusó el martes al primer ministro de España, Pedro Sánchez, de complicidad en la incitación contra los judíos por su papel en el reconocimiento de un estado palestino. Pero el Sr. Sánchez rechazó esa afirmación en un discurso el martes antes de una votación del gabinete sobre el asunto, calificando el reconocimiento como una cuestión de “justicia histórica” y una “necesidad” para lograr la paz. “El reconocimiento de Palestina no va en contra de nadie, y mucho menos de Israel, una nación amiga que España valora y considera muy importante y con la que pretendemos fomentar la relación más sólida posible”, dijo en las escaleras del Palacio de Moncloa, la residencia del primer ministro, en Madrid. “Además, nuestra decisión refleja nuestro absoluto rechazo a Hamás, una organización terrorista en contra de una solución de dos estados”. Irlanda, que el martes izó una bandera palestina fuera de su palacio presidencial, junto con las de la Unión Europea y Ucrania, dijo que acordó establecer relaciones diplomáticas completas y nombraría a un embajador en un estado palestino. “Hemos tomado esta medida junto con España y Noruega para mantener vivo el milagro de la paz”, dijo el primer ministro de Irlanda, Simon Harris. “Vuelvo a pedir al primer ministro Netanyahu de Israel que escuche al mundo y detenga la catástrofe humanitaria que estamos viendo en Gaza”. Aunque numerosos países ya han reconocido la existencia de un estado palestino, los movimientos coordinados de las tres naciones europeas tienen un peso adicional en medio del creciente costo de la guerra en Gaza, y porque la mayoría de los países de Europa occidental, y Estados Unidos, se han resistido a dar este paso en solidaridad con Israel. Jonas Gahr Store, primer ministro de Noruega, dijo en una entrevista la semana pasada que su país estaba actuando junto con España e Irlanda en un esfuerzo por salvar la posibilidad de una solución de dos estados frente a un gobierno israelí que la ha rechazado abiertamente. El Sr. Store dijo que Noruega espera romper lo que ve como “una espiral descendente, con grupos militantes como Hamás marcando la pauta en el lado palestino” y el gobierno israelí “estableciendo cientos de miles de colonos” en tierras ocupadas. Y aunque la realidad de dos estados puede parecer lejana, dijo el Sr. Store, “más países en Europa están haciendo el mismo análisis que Noruega, de que los palestinos deberían tener los mismos derechos y obligaciones que conlleva la condición de estado”, comprometidos con la paz y vinculados por el derecho internacional. Los movimientos probablemente tendrán poco efecto inmediato en las condiciones de los palestinos en Gaza, donde las autoridades de salud dicen que más de 36,000 personas han muerto en más de siete meses de bombardeos israelíes y combates terrestres. La Casa Blanca ha rechazado categóricamente el reconocimiento unilateral de la existencia de un estado palestino, con Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, diciendo que el presidente Biden “cree que un estado palestino debería realizarse a través de negociaciones directas entre las partes”. Aaron Boxerman, Steven Erlanger y Emma Bubola contribuyeron a este informe.
