El presidente de Sudáfrica se enfrenta a la peor elección de su partido. Aún así, es probable que sea reelegido.

CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica (AP) — El presidente sudafricano Cyril Ramaphosa enfrenta la perspectiva de obtener los peores resultados electorales de su partido gobernante. Sin embargo, sigue siendo probable que sea reelegido como líder del país más avanzado de África después de la votación nacional del miércoles.

Aunque varias encuestas muestran un apoyo por debajo del 50% para su Congreso Nacional Africano antes de las elecciones, poniéndolo en peligro de perder su mayoría por primera vez en los 30 años de democracia de Sudáfrica, se espera ampliamente que el ANC gane la mayoría de los escaños en el Parlamento. La creciente oposición al ANC está dividida entre varios partidos.

Eso probablemente signifique que Ramaphosa se mantenga por un segundo y último mandato de cinco años, aunque podría no ser sencillo. El Parlamento decide quién es el presidente y el ANC puede que no tenga la mayoría de los legisladores. Además, una brusca caída en los votos para el ANC pondría a Ramaphosa bajo presión dentro del partido. El ANC tiene antecedentes de retirar el apoyo a su líder en tiempos de problemas, lo que resulta en su renuncia como presidente.

Aquí hay un vistazo al Ramaphosa de 71 años y su futuro.

EL PROTEGIDO DE MANDELA

Se consideraba a Ramaphosa como un protegido de Nelson Mandela, quien llevó al ANC a la victoria en la trascendental elección de 1994 que puso fin al sistema de apartheid de dominio minoritario blanco y estableció a Sudáfrica como una democracia. Ramaphosa perdió la batalla interna del ANC para suceder a Mandela como presidente cuando el envejecido ícono contra el apartheid renunció después de un mandato en 1999, a pesar de que se pensaba que Mandela favorecía a Ramaphosa.

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En cambio, Ramaphosa abandonó la política para convertirse en uno de los hombres de negocios más ricos de Sudáfrica.

REGRESO A LA POLÍTICA

Ramaphosa regresó a la política al ser elegido vicepresidente del ANC en 2012. Fue nombrado vicepresidente del país en 2014 bajo el ex presidente Jacob Zuma. Utilizando la misma maquinaria interna del partido que lo había pasado por alto antes, ganó el liderazgo del ANC en 2017. Zuma renunció como presidente de Sudáfrica dos meses después bajo una nube de acusaciones de corrupción y Ramaphosa tomó el cargo. Fue elegido para su primer mandato completo en 2019.

Prometió poner fin a la corrupción que había plagado al ANC durante la administración de Zuma y mejorar una economía en crisis y servicios gubernamentales fallidos, aunque no ha sido fácil. Sudáfrica aún tiene una de las tasas de desempleo más altas del mundo, y los apagones eléctricos a nivel nacional en 2022 y 2023 debido a una mala gestión en la empresa estatal de servicios públicos dañaron gravemente la reputación de Ramaphosa.

DECISIÓN DEL PARLAMENTO

Los legisladores en el Parlamento deciden quién es el presidente de Sudáfrica, y esta elección podría traer algo nuevo a ese proceso. Los sudafricanos votan en elecciones nacionales por partidos y esos partidos envían legisladores a los 400 miembros del Parlamento de acuerdo con su porcentaje de votos. Los legisladores luego eligen al presidente.

Cada presidente sudafricano desde 1994 ha sido del ANC debido a su mayoría parlamentaria, pero si cae por debajo del 50% en esta elección, necesitaría otro partido o partidos para votar con él para obtener los números necesarios en el Parlamento para reelegir a Ramapohosa.

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FUTURO COMO PRESIDENTE

Hay tres posibles escenarios para Ramaphosa:

Si el ANC mantiene su mayoría en contra de las expectativas, es probable que sea reelegido sin problemas por los legisladores de su partido. El ANC obtuvo el 57.5% de los votos en la última elección nacional en 2019, lo que llevó al primer mandato de Ramaphosa.

Si el ANC cae justo por debajo del 50%, puede buscar una coalición con varios partidos más pequeños para obtener los votos necesarios en el Parlamento para que Ramaphosa continúe como presidente.

Si la participación del ANC está bien por debajo del 50% y más cerca del 40%, es más complicado. El ANC puede tener que acercarse a uno de los partidos de oposición más grandes para formar una coalición y eso implicaría mucho más negociar. Una caída significativa en el apoyo también afectaría la autoridad de Ramaphosa dentro del ANC.

Cabe destacar que ningún presidente sudafricano desde 1994 ha completado sus dos mandatos completos en el cargo. Mandela renunció para ceder las riendas, y Thabo Mbeki y Zuma renunciaron antes de que terminara su mandato final debido a la pérdida de apoyo dentro del ANC.

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