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Vivian Borsani nació en Brasil y pasó su infancia en Brasil, Alemania y Francia, veraneando en la casa de sus abuelos en Mallorca en los veranos. Vivian estudió en París, Venecia y Nueva York antes de hacer de Mallorca su hogar hace 26 años. Vivian utiliza pinturas acrílicas, crayones de cera, pigmentos, carbón, pan de oro y papeles recopilados. Sus pinturas a menudo incluyen algunas líneas de poesía escritas al revés. Ha expuesto ampliamente en Europa y tiene coleccionistas privados en el Reino Unido, EE. UU., Rusia, Alemania, Suiza, Francia y España.
P.— ¿Cuándo supiste por primera vez que querías ser artista?
Vivian Borsani. — Supe desde muy temprano que quería seguir algo artístico. Siempre estaba dibujando princesas de niña, y creando pequeñas piezas para que mis compañeros de clase las colorearan. Pensé que terminaría estudiando historia del arte, pero mi madre me animó a probar el diseño gráfico, y ahí es donde comencé mi camino.
P.— ¿Cómo influyó el diseño gráfico en tu arte?
Vivian. — Fue una gran base porque me enseñó sobre composición y teoría del color, que son tan importantes en cualquier forma de arte visual. La capacidad de componer una imagen, de ver cómo encajan los elementos, fue clave para mí. Me di cuenta de que aunque muchas personas pueden dibujar, eso no las convierte en grandes artistas. Dibujar es solo una habilidad; entender el color y la composición es lo que da vida a una obra.
P.— Trabajas con muchos colores vibrantes. ¿Cómo eliges tus paletas?
Vivian. — Los colores con los que trabajo provienen de un sentimiento interno. No es un plan ni una decisión de marketing. Si intento pintar en colores con los que no estoy emocionalmente conectada, simplemente se ve mal. A veces me siento atraída por los rojos, que luego se traducen en flores o paisajes. Otras veces, quiero sumergirme en los azules y crear algo inspirado en el mar. Es casi como un anhelo; no puedes forzarlo.
P.— ¿Ha cambiado tu trabajo con el tiempo? Si es así, ¿cómo?
Vivian. — Ha evolucionado significativamente. Al principio, me centré en paisajes realistas, naturalezas muertas y casas detalladas. Pero cuando mis hijos crecieron y se fueron de casa, y me separé de mi pareja, mi vida comenzó a cambiar. Eso me llevó a explorar formas más abstractas y expresivas. Las líneas rectas de las casas dieron paso a formas fluidas y composiciones más libres. Fue como un reflejo de mi propia transformación, dejando atrás la rutina y abrazando más emoción y espontaneidad.
P.— Has mencionado que algunas de tus obras anteriores eran vistas como ‘masculinas’ y ahora tu trabajo es descrito como ‘femenino.’ ¿Qué cambió?
Vivian. — Antes, la gente veía mi trabajo como bastante estructurado y masculino. Pintaba casas, paisajes, cosas sólidas y fundamentadas. Mis pinceladas eran más audaces y controladas. Ahora, estoy mucho más interesada en expresar la suavidad y el flujo de la naturaleza, así que la gente lo ve como más femenino. Pero sigue siendo muy yo: los colores, el estilo de composición, siempre han sido míos, simplemente evolucionando con el tiempo.
P.— Llevas más de 26 años viviendo en Mallorca. ¿Inspira la isla tu arte?
Vivian. — Absolutamente. He hecho innumerables bocetos de la isla: Deyá, Valldemossa, Estellencs, lugares en los que he pasado mucho tiempo. Me inspiro en las terrazas, las montañas de la Tramuntana, y en los colores y formas de la flora local. Pero mi arte no es una representación literal de estos lugares. Tomo elementos de diferentes bocetos y los fusiono en composiciones que me resultan correctas. Se trata más de capturar la esencia que del paisaje exacto. Para mí, se trata tanto del movimiento y la energía de la pieza como de lo que inspira.
P.— También ofreces talleres. ¿En qué te enfocas en tus clases?
Vivian. — Tengo un grupo de alrededor de 30 miembros, enseñándoles los fundamentos de la mezcla de colores, la composición y la técnica. ¡No todos vienen a cada sesión, no hay forma de que todos quepan en el estudio! Intento animar a cada participante a encontrar su propia voz artística y no quedarse atascado en hacer que las cosas se vean perfectas. Experimentamos con pintura abstracta, plantillas, pinturas en aerosol, cualquier cosa que les ayude a expresarse creativamente. Se trata más del proceso que del producto final.
P.— ¿Qué consejo darías a los artistas aspirantes?
Vivian. — ¡No dejes que el miedo a no poder dibujar una línea recta te detenga! El arte no se trata solo de habilidad técnica; se trata de cómo ves el mundo y pones tu perspectiva única en el lienzo. Confía en tus instintos y date la libertad de explorar diferentes estilos. Tu trabajo evolucionará con tus experiencias de vida, así que sigue creando y mantente fiel a ti mismo.
Puedes ver más sobre el trabajo de Vivian en su sitio web https://www.vivianborsani.com/ y estará exhibiendo junto a otros 25 artistas en el evento del Premio de Arte George Sheridan en La Residencia en Deyá del 11 de octubre al 8 de noviembre. La exposición está abierta al público.
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