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Competidores en el Campeonato de Carga de Esposas de América.
Experimenta la diversión salvaje del Campeonato de Carga de Esposas de América del Norte en Maine. Las parejas desafían aguas fangosas y troncos resbaladizos por la oportunidad de ganar el peso de la esposa en cerveza y cinco veces su peso en efectivo. Descubre la historia peculiar, los premios entretenidos y el espíritu inclusivo de este evento extravagante donde el amor y la risa toman el centro del escenario.
– Crédito: Carga de Esposas en América del Norte: https://wife-carrying.org/
En noticias de EE. UU., un pequeño grupo de valientes hombres ponen en juego a sus esposas por cerveza, barro y dinero en Maine. Las parejas lucharon por cerveza, dinero, barro y diversión.
Valientes Hombres Ponen en Juego a Sus Esposas
Es esa época del año nuevamente cuando el amor da un salto en aguas fangosas, sobre troncos resbaladizos y cuestas empinadas. El Campeonato de Carga de Esposas de América del Norte hizo una gran salpicadura fangosa este fin de semana en la estación de esquí Sunday River en Maine (EE. UU.), atrayendo a más de 30 parejas atrevidas listas para conquistar un curso de obstáculos de 278 yardas por el premio máximo: el peso de la esposa en cerveza y cinco veces su peso en efectivo.
Mientras que la mayoría de las parejas podrían pensar que el umbral es el único lugar para levantar, estos equipos llevaron las cosas a otro nivel. La carrera tuvo competidores avanzando por el barro y chapoteando a través de un pozo de agua, todo mientras cargaban a sus parejas como sacos de papas. Es una mezcla de habilidad, estrategia y diversión pura. Esta no es una carrera estadounidense ordinaria.
Cómo Funciona la Carga de Esposas: Un Obstáculo de Amor
El curso, diseñado según especificaciones internacionales, cuenta con una mezcla de obstáculos secos y la infame zona de peligro de agua “hacedor de viudas”. Los concursantes no necesitan estar legalmente casados, ni necesitan ser de sexos opuestos, todo vale siempre que ambos socios tengan más de 21 años. Y no olvidemos la técnica de transporte favorita de los fanáticos: el “transporte estonio”, donde la participante femenina cuelga boca abajo, dando al competidor masculino manos libres para navegar los obstáculos.
En un giro entretenido, el evento celebró su historia arraigada en la leyenda finlandesa del siglo XIX, donde un tal Ronkainen el Ladrón y su pandilla de hombres no tan alegres eran conocidos por saquear comida y mujeres de aldeas cercanas, huyendo con las mujeres sobre sus hombros. Entonces, lo que comenzó como un posible guion de película del siglo XIX para una aterradora película de horror de Hollywood como “The Hills Have Eyes”, ahora es un día divertido para las parejas. No hay nada más positivo que eso. Avanzando rápidamente hasta hoy, las parejas fueron vitoreadas en este espectáculo caprichoso pero competitivo.
¿Qué está en juego?
1er Lugar: El peso de la esposa en cerveza Goose Island Oktoberfest y cinco veces su peso en efectivo. ¡Puntuación!
2do Lugar: Sin cerveza para el segundo lugar, lo siento. Los subcampeones obtienen el peso de la esposa en refrescos y una tarjeta de regalo de $50 de Sunday River.
3er Lugar: Una tarjeta de regalo de $50 de Sunday River.
Mejor Vestimenta: Una tarjeta de regalo de $50 de Sunday River.
Más Promedio: Un premio para el tiempo más cercano al promedio de todos los competidores, porque a veces ser promedio es todo menos eso.
Mejor Caída: Un reconocimiento especial por la caída más espectacular, porque no hay nada más inherentemente divertido que ver a la gente caer en el barro como un saco de papas Maris Pipers empapadas.
Un Día de Diversión, Miedo y Caídas
Entre los personajes coloridos, un competidor vestido como el Sr. Increíble mientras que su pareja estaba completamente vestida de rosa. A medida que los equipos corrían por el terreno irregular, los vítores estallaban entre la multitud, mezclándose con risas mientras algunas parejas tropezaban, solo para reagruparse y seguir adelante a través del barro espeso.
Wade Porterfield de Cuba, Nueva York, lo resumió perfectamente: “Venimos cada año por la diversión. Realmente hay pocas posibilidades de que ganemos, pero todos animan a todos, ¡y es genial!”
Los campeones se van con más que solo derechos de alarde; se llevan a casa el peso de su pareja en delicias espumosas y efectivo que podría comprar bastantes rondas. Después de pesar a la “esposa” ganadora contra cajas de cerveza en una balanza tipo sube y baja, está claro: este evento no se trata solo de la competencia; se trata de comunidad, sentido del humor, no tomarse demasiado en serio y la prueba última del amor.
Un Asunto Global: Los Orígenes de la Carga de Esposas
¡Aparta, Juegos Olímpicos de París, es hora de los campeonatos de carga de esposas! Este deporte peculiar no es solo un fenómeno local; se celebra en todo el mundo.
Sus raíces se remontan a más de 1,000 años, con una presencia particularmente fuerte en Finlandia y Estonia. Mientras que sus orígenes precisos siguen envueltos en leyenda y misterio, algunas teorías sugieren que comenzó en el año 895 d.C., cuando guerreros conquistadores gloriosamente llevaban a sus esposas atadas a sus espaldas mientras avanzaban por la Cuenca de los Cárpatos.
Algunos apuntan a Herkko Rosvo-Ronkainen, un ladrón del siglo XIX conocido por secuestrar mujeres de aldeas, que pudo haber inspirado este concurso travieso al entrenar a su pandilla para llevar a mujeres y sacos pesados para la agilidad.
Sea cual sea el caso, el primer evento moderno de carga de esposas se celebró en Finlandia en 1991, y desde entonces, ha crecido hasta convertirse en una competencia seria, completa con una sección en el Libro Guinness de los Récords Mundiales.
Incluso se practica en Hungría, en la aldea húngara de Tapiobicske, donde en agosto de 2024, la quinta carrera anual de carga de esposas vio a 29 parejas navegando un curso de obstáculos lleno de charcos de barro, y sí, el premio seguía siendo el peso de la esposa en cerveza.
Entonces, el próximo año, si crees que tienes lo necesario, ¿por qué no inscribirte? Solo recuerda: todo es por diversión y un poco de barro nunca le hizo daño a nadie.
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