ZARAGOZA en el norte de España ha recibido el sello de aprobación del periódico The Times como una ciudad para visitar en octubre.
El periódico dijo que la “atractividad de Zaragoza es indiscutible”.
La fuerte recomendación proviene de un artículo del periodista irlandés, Stephen Phelan, que se mudó a España hace décadas siguiendo los pasos de su padre y abuelo.
“Cuanto más vivo aquí, más aprendo que hay muchas Españas, con diferencias históricas, culturales y geológicas entre ellas”, escribió.
“Unos días pueden ser suficientes para entender lo esencial y salir de la temporada de verano y sol”.
Phelan recomienda la capital de Aragón como el lugar perfecto para visitar en octubre.
“Los meses más fríos favorecen la cocina aragonesa, con sus guisos de carne o cordero asado, como se sirve en El Real”.
El escritor recomienda la pastelería Fantoba, fundada en 1856, que, junto con su recetario original, conserva su decoración de mediados del siglo XIX.
También hay un gran elogio para El Tubo, una red de calles míticas de tapas.
“Forma un cálido grupo de bares de tapas apretujados entre patios mudéjares, casas renacentistas y restos de la muralla romana”.
“Su atractivo es indiscutible”.
La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, ha estado activa en promover el patrimonio artístico y monumental de la ciudad.
En un viaje reciente a Madrid, Chueca dijo: “Aunque la Basílica de Nuestra Señora del Pilar es la principal atracción turística, pocos saben que la capital aragonesa cuenta con dos catedrales, que están ubicadas una al lado de la otra, en la plaza peatonal más grande de Europa”.
La Catedral de San Salvador La Seo está construida sobre los restos del antiguo Foro Romano.
Alberga capillas góticas, renacentistas y barrocas, y un retablo principal, que es una de las obras maestras del arte gótico europeo.
Destaca su pared exterior, que se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 2001.
Chueca también elogió el estilo mudéjar del Palacio de la Aljafería y la ciudad romana de Caesar Augusta, donde se pueden descubrir el Foro Romano, el Puerto Fluvial, las Termas Públicas o el Teatro Romano que tenía una capacidad para más de 6,000 personas.