La activista de la oposición rusa Ildar Dadin fue fotografiada en marzo de 2017 después de ser liberada de una prisión rusa. Ildar Dadin, un conocido activista de la oposición rusa que luchaba en Ucrania del lado de Kiev, ha sido asesinado en acción, según el grupo que lo reclutó. Una portavoz de ese grupo, el Consejo Cívico, le dijo a la BBC que Dadin había muerto, agregando que “él era, y sigue siendo un héroe”. El activista convertido en combatiente fue asesinado cuando soldados de su batallón de voluntarios, la Legión de la Libertad de Rusia, fueron alcanzados por fuego de artillería rusa en la región de Jarkov en el noreste de Ucrania. Por ahora, no hay más detalles y la Legión misma no comentará mientras dice que una operación militar aún está activa. Pero Ilia Ponamarev, un político de la oposición rusa exiliado con vínculos anteriores con la Legión, le dijo a la BBC que está “seguro, por desgracia”, de que Dadin está muerto. Otra fuente aclaró que esto fue “confirmado por los que estuvieron con él en la batalla”. Los últimos mensajes que envié a su teléfono todavía están marcados como “no leídos”. Ildar Dadin se hizo conocido en Rusia hace una década por su persistencia en organizar protestas pacíficas a medida que la represión política se intensificaba allí. Fue la primera persona procesada bajo un nuevo Artículo 212.1, rápidamente apodado la Ley de Dadin, que en 2014 convirtió en un delito penal cometer violaciones repetidas de las cada vez más restrictivas reglas de protesta de Rusia. En su caso, eso simplemente significaba estar de pie en las calles de Moscú con una pancarta. Condenado a dos años y medio, Dadin fue colocado en una celda de castigo e inmediatamente inició una huelga de hambre. Sus guardias de prisión luego lo torturaron para que dejara de hacerlo. Poco después de su liberación en 2017, lo conocí en Moscú y describió cómo lo colgaron de una pared por las muñecas esposadas. Los guardias luego lo amenazaron con violar. Admitió que la brutalidad casi lo quebró. Así que cuando supe que Dadin se había unido a un batallón de voluntarios rusos luchando por Ucrania, me puse en contacto de nuevo y a principios de este año tuvimos una serie de largos intercambios. “No puedo quedarme de brazos cruzados y convertirme en cómplice del mal ruso, de sus crímenes”, explicó Dadin su decisión de unirse, tan principista e intenso como lo recordaba. Siempre se consideró pacifista, pero ahora enumeraba sus razones para tomar las armas: “La agresión, los asesinatos masivos, la tortura, la violación y el saqueo”. Aun así, eligió el seudónimo Gandhi. Dadin sentía profundamente que él tenía la responsabilidad personal de la invasión a gran escala de Rusia a su vecino. Argumentaba que él y sus compatriotas rusos no habían logrado detener a Vladimir Putin, permitiéndose ser expulsados de las calles por la violencia policial y la amenaza de prisión. “Lo principal ahora es actuar según mi conciencia”, escribió Dadin una noche desde cerca del frente en Sumy. Inicialmente se unió al Batallón Siberiano en junio de 2023 antes de pasar a la Legión de la Libertad de Rusia el invierno pasado, ambos oficialmente parte de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Los reclutas son principalmente ciudadanos rusos que esperan que ayudar a Ucrania a derrotar a Vladimir Putin sea un primer paso para poner fin a su gobierno en el Kremlin. No está claro cuántos son, ni cuál es su efectividad como fuerza combatiente. Han afirmado algunos éxitos, incluida una incursión transfronteriza en Rusia a principios de este año en el momento de la reelección de Putin. Pero para Dadin, la experiencia no fue exactamente como esperaba. Sintió que algunas de las misiones en las que su unidad participó eran “inútiles” en cualquier sentido militar. Describió una batalla en la que quedó atrapado durante ocho horas bajo fuego ruso en un cráter de bomba, con un dron tratando de lanzar una granada sobre él, mientras un compañero voluntario sangraba hasta la muerte. Y al igual que muchos soldados ucranianos, estaba agotado, luchando con apenas días libres y cojeando por una herida en la cadera. Me preguntaba si se iría, pero Dadin dejó en claro que su conciencia no le permitiría quedarse “al margen”. No mientras los ucranianos estaban siendo asesinados, como él lo expresó, “por criminales rusos”. “Intenté detener a Rusia, pero ¿lo hice? No”, se reprochó en una de nuestras últimas conversaciones. “Y miles de personas han muerto porque no hice lo suficiente”. Los que lo enviaron a luchar, no están de acuerdo. “Ildar era fuerte, valiente, principista y honesto”, escribió el Consejo Cívico. “Así es como deberíamos recordarlo”.
