Reuters
Los preparativos están en marcha, con los residentes llenando sacos de arena antes de la tormenta
Se ha declarado un estado de emergencia en partes de Florida mientras un huracán se dirige hacia la costa del Golfo ya devastada.
El Centro Nacional de Huracanes confirmó que Milton, actualmente frente a la costa de México, se había intensificado en un huracán de Categoría 1 el domingo y podría representar “riesgos mortales” para partes de la costa oeste de Florida.
Viene solo 10 días después de que la tormenta Helene, la tormenta continental más mortal desde Katrina en 2005, azotara el sureste, matando al menos a 225 personas, con cientos aún desaparecidos.
En Florida, donde Helene dejó al menos 14 muertos, el gobernador Ron DeSantis emitió la advertencia de emergencia para 35 condados y dijo que los preparativos estaban en marcha para restablecer la energía y despejar las carreteras antes de la llegada de Milton.
El domingo, Milton tenía vientos sostenidos máximos de 80 mph (130 km/h).
“Hay una creciente confianza en que un poderoso huracán con riesgos mortales afectará porciones de la costa oeste de Florida alrededor de la mitad de esta semana,” dijo el Centro de Huracanes.
Se esperaba lluvia intensa en la región desde el domingo hasta el lunes, con más lluvia y vientos fuertes el martes y miércoles por la noche.
Las precipitaciones podrían ser de entre 5-8 pulgadas (127-203 mm) en la península de Florida y las islas Keys, con algunas áreas recibiendo hasta 12 pulgadas (304 mm), lo que podría provocar riesgo de inundaciones repentinas e inundaciones de ríos leves a moderadas en partes de la costa oeste, dijo el centro.
CHANDAN KHANNA/AFP
El huracán Helene tocó tierra en Horseshoe Beach, Florida, el 26 de septiembre
El nuevo huracán llega mientras los esfuerzos de limpieza de Helene podrían llevar años, según el gobierno de EE. UU.
Mientras que una gran proporción de las muertes ocurrieron en Carolina del Norte, otras se han registrado en Florida, Georgia, Carolina del Sur, Tennessee y Virginia.
Cientos de carreteras permanecen cerradas, dificultando los esfuerzos para enviar ayuda a las comunidades más afectadas.
Helene, que tocó tierra como un huracán de categoría cuatro, dañó estructuras, causó inundaciones repentinas y dejó sin electricidad a millones de hogares.