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La próxima vez que Tom Cruise vuele a Mallorca, no podrá usar su jet privado si Greenpeace tiene algo que ver. Están pidiendo una prohibición total de los jets privados en el aeropuerto de Palma. En un comunicado emitido esta mañana, el grupo afirmó que los jets privados producen diez veces más CO2 (por pasajero/kilómetro) que un avión de línea promedio.
Palma, Ibiza y Málaga se encuentran entre los cinco aeropuertos europeos con más vuelos privados, lo que convierte a España en el segundo destino turístico europeo más popular para los jets.
Un estudio muestra que estos viajes se utilizan más para el ocio que para asuntos de negocios: en 41 de los 45 aeropuertos encuestados, las llegadas de jets privados aumentaron en promedio un 106% durante la temporada de verano. Greenpeace está pidiendo una prohibición de los jets privados, un impuesto sobre el queroseno y un impuesto sobre los ricos de Europa, y que el dinero se destine al transporte público, la vivienda y alimentos saludables.
“Es una mala noticia que los aeropuertos españoles estén en la cima de esta clasificación contaminante. Vemos cómo estos vuelos alcanzan su pico en los aeropuertos mediterráneos durante el verano, lo que significa que nos enfrentamos a una forma insostenible de turismo que solo beneficia a unas pocas personas en detrimento de la mayoría de la sociedad que sufre las consecuencias de este derroche”, dijo Cristina Arjona, responsable de la campaña de Movilidad de Greenpeace.
“Estos vuelos privados representan una parte desproporcionada de las emisiones de aviación, lo que acelera la emergencia climática. Este lujo no solo agrava el daño ambiental, sino que todos pagamos por ello y profundiza la desigualdad. Los ricos que vuelan en sus jets deben rendir cuentas por el daño a la sociedad.”