Los turistas que visiten Barcelona a partir del 1 de octubre se verán afectados por un aumento en los cargos después de que el ayuntamiento acordara aumentar los impuestos para visitantes en más del 20%.
La capital catalana, que recibe más de 12 millones de visitantes anualmente, aumentará su impuesto turístico de €3.25 a €4 por noche en alojamientos turísticos, lo que se espera genere unos ingresos adicionales de €20 millones al año.
Actualmente, Barcelona recauda €95 millones anualmente del impuesto, pero afirma que gasta €142 millones en gastos turísticos, incluyendo transporte adicional, seguridad y limpieza.
El cargo de €4 es el máximo que se puede aplicar según la ley española, con las autoridades locales instando al gobierno central a aumentar aún más el límite.
El aumento fue apoyado por todos los partidos en el ayuntamiento de Barcelona excepto el Partido Popular (PP) conservador y Vox de extrema derecha.
Barcelona se ha convertido en el epicentro de las protestas contra el turismo este verano, ya que los locales se quejan de la gran cantidad de visitantes y de un mercado de alquiler inasequible. Crédito: Cordon Press
La medida llega después de un verano en el que Barcelona se convirtió en un importante campo de batalla para el activismo contra el turismo que ha inundado destinos populares en toda España en el último año.
En junio, el alcalde Jaume Collboni anunció que la ciudad revocará todas las licencias de los más de 10,000 apartamentos turísticos de la ciudad para 2028, una medida que los propietarios calificaron de “populista” y “destinada al fracaso”.
El ayuntamiento espera que la medida expulse a empresas como Airbnb de la ciudad, abriendo propiedades que puedan ser utilizadas como viviendas sociales para aliviar una crisis de vivienda aguda que ha llevado a miles de locales a abandonar el centro de la ciudad a medida que los precios de alquiler aumentan.
Por otro lado, los turistas que comían en la popular calle La Rambla de la ciudad fueron atacados con pistolas de agua a medida que las protestas y la retórica sobre el exceso de turismo se intensificaron durante el verano.