Reseña del álbum: Bright Eyes, ‘Cinco Dados, Todos Tres’

Conor Oberst siempre ha parecido alternativamente atraído y repelido por la composición de canciones como una forma de contar la verdad. Es una fascinación que a menudo roza la desesperación: “Si pudiera actuar como si esta fuera mi vida real y no una jaula en la que me han puesto / Entonces podría decirte la verdad como solía hacerlo y no tener miedo de sonar falso”, cantó en ‘False Advertising’, una canción del álbum Lifted, or, The Story Is in the Soil, Keep Your Ear to the Ground de 2002 que encapsula perfectamente la grandiosidad lo-fi de Bright Eyes. Más de dos décadas después, ‘Real Feel 105°’, un destacado nostálgico de su nuevo álbum Five Dice, All Threes, encuentra a Oberst retirado en la resignación: “Hay demasiado por desenredar para llegar a la verdad / Estaba pensando en lo que simplemente no podía decir”. Es un recordatorio de que, aunque sea un compositor que no se anda con rodeos, no siempre tiene la claridad o aptitud para poner las palabras en orden. Así que el nuevo álbum de la banda, al igual que muchos de los anteriores, parece deslumbrado incluso en sus momentos más deslumbrantes, honesto incluso cuando la verdad parece estar fuera de su alcance.

Y cuanto más envejece, Oberst se da cuenta de que más se escapa. “Creo que el tiempo es algo extraño porque algunas cosas sienten como si hubieran ocurrido ayer, y algunas cosas sienten como si ni siquiera hubieran ocurrido en tu vida, o como si alguien más las hubiera vivido”, dijo en una entrevista reciente. Por lo tanto, cada una de sus nuevas canciones existe en diálogo con el catálogo de la banda como si todo hubiera sido escrito el día anterior, o como si nunca hubiera existido en primer lugar. Musicalmente, el LP de Bright Eyes de 2020 Down in the Weeds, Where the World Once Was lo reconoció al extraer elementos de toda su discografía, pero también hubo signos líricos. En ‘Nothing Gets Crossed Out’, otra canción de Lift, Oberst confesó: “Simplemente tengo demasiado miedo a todo este cambio”, un sentimiento al que se enfrentó en su primer álbum desde 2011 con líneas como “Tengo que cambiar como si mi vida dependiera de ello” y “No tengo miedo del futuro”.

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El sentimiento predominante en Five Dice, All Threes no es tanto el miedo como el odio en todas sus formas: terco, primitivo, dirigido hacia uno mismo y hacia la sociedad. Una canción llamada ‘Hate’ comienza su polémica contra la religión y termina con la inteligencia artificial amenazando el arte del lenguaje, pero entre todo eso el cantante introduce un comentario sobre su propia ocupación, lo que está sucediendo en este momento: “Cada pensamiento fugaz se convierte en otra canción proscrita / Una mano en un arma humeante y una bala en el inocente.” (“Lo que simplemente no podía decir”, entonces, se convierte en “lo que luchaba en la canción”). Le sigue ‘Real Feel 105°’, que agrega otra cosa a la lista: “Odio la luna, pero la tomaría de ti / Quiero todo lo que tengas que ofrecer”, cuestión que deja a los fans preguntándose si alguna vez tendremos otro álbum de Better Oblivion Community Center. (Esa canción es un golpe tras otro). Todo el álbum puede estar envuelto en la mentalidad de “silbar mientras trabajas” de su pegadizo sencillo principal, ‘Bells and Whistles’, pero cuando ‘Bas Jan Ader’ hace un estribillo con la famosa línea de apertura de Charles Dickens de A Tale of Two Cities, inevitablemente cae en “Fue lo peor”.

Oberst no dirá abiertamente que quiere desprenderse de este mundo mortal, pero se preguntará en voz alta: “¿Cómo es que todavía estoy vivo?”, antes de resolver la siguiente canción con “Algún día todos morimos / ¿Por qué ceder a estos pequeños suicidios?” Sus letras parecen fluir tanto libre como conscientemente, cediendo a una corriente de agravios personales y asociaciones surreales mientras se apartan de cada cliché en el libro, ya sea para lamentarse o regocijarse. Lo más épico que se pone el álbum es en su canción de cierre, ‘Tin Soldier Boy’, que por supuesto resulta ser también la más sombría. Oberst no encuentra placer en todo este catastrofismo, sin embargo, ya sea señalando a Elon Musk o a sí mismo por “alimentarme de mi feed”, lo cual supongo que excluye a la plataforma anteriormente conocida como Twitter.

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A pesar de todas sus vacilaciones internas y desesperanzas, Bright Eyes rara vez ha sonado tan vibrante y concentrado como lo hacen en Five Dices, All Threes. Oberst, el multiinstrumentista y productor Mike Mogis, y el tecladista y arreglista Nate Walcott favorecen una espontaneidad relajada que faltaba un poco en su predecesor, desde el folk-punk estruendoso de ‘Rainbow Overpass’, con la participación de Alex Levine (también conocido como Alex Orange Drink) de So So Glos, hasta una balada devastadora con Matt Berninger de The National, ‘Time I Have Left’, levantándose después de cada choque emocional. Pero también llenan el LP con una serie de toques creativos. Cuando Oberst, quien también odia “al cantante de protesta que me mira en el espejo”, canta “Y la orquesta toca / Una partitura de dibujos animados para la guerra” en otra diatriba social, la banda reacciona en consecuencia; la distorsión chilla al mencionar los estadios, se deforma mientras los helicópteros giran; y los tambores se deslizan a través de ‘All Threes’, una colaboración sorprendentemente jazzística con Cat Power.

El título del álbum hace referencia al juego de dados que también sirve como uno de sus dos principales dispositivos de enmarcado. El otro es la película de Frank Sinatra de 1954 Suddenly, que se muestrea en los momentos más devastadores del disco. Un fragmento de diálogo sobre la apatía emocional se inserta en medio de la cacofonía climática de ‘Spun Out’, pero, a través de un acto violento de descontextualización, el próximo fragmento golpea aún más profundamente. “Solía soñar con la multitud de vez en cuando”, dice Sinatra. “Solía ver todas esas caras arañando y empujando y mordiendo. Y luego la niebla se despejaría, y de alguna manera todas esas caras serían yo. Todo yo. Y todo nada”. Una pantalla, una cita, un espejo, cualquier cosa que te devuelva tu propia reflexión, podría ser lo más cerca que uno puede llegar a lo que se llama verdad, el tipo de verdad que resuena en el silencio que Five Dice, All Threes deja a su paso.

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