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Hay dos tipos de personas en el mundo, dice el Hombre sin Nombre de Clint Eastwood a un pistolero rival que no tiene balas. Aquellos con un arma cargada, y aquellos que cavan. “Tú cavas”. Los voluntarios en el norte de España han tomado sus palabras en serio, cuidando minuciosamente las tumbas recién excavadas en los escenarios de la clásica película de spaghetti Western de Sergio Leone de 1966 “El Bueno, el Feo y el Malo” para convertir la zona en un lugar de peregrinación para los fanáticos del cine.
Con sus colinas cubiertas de brezo, el campo cerca del pueblo de Santo Domingo de Silos, a unos 200 km al norte de Madrid en la provincia de Burgos, sirvió de escenario para el suroeste americano en la épica ambientada durante la Guerra Civil de EE. UU. La última entrega de la trilogía del Dólar que impulsó al actor Eastwood al estrellato internacional es un elemento fijo en la mayoría de las listas de las mejores películas de todos los tiempos.
En 2015, una asociación cultural local lanzó una campaña de patrocinio para reconstruir el ficticio Cementerio de Sad Hill, lugar de un famoso enfrentamiento entre el Hombre sin Nombre de Eastwood y dos rivales por un tesoro de oro confederado enterrado. El cementerio ahora cuenta con más de 5,000 tumbas de utilería. Kristine Guzmán de la comisión regional de cine dijo que su restauración debería hacer que los fanáticos se apresuren a lo que “constituirá un nuevo lugar de peregrinación”.
Ángel Sánchez, de 63 años, de Toledo en el centro de España, le dijo a Reuters que estaba considerando si hacer que sus cenizas se dispersaran allí. Al este del cementerio se encuentra el campo de prisioneros de Betterville, donde los pistoleros interpretados por Eastwood y Eli Wallach son detenidos después de ser capturados por soldados de la Unión. Betterville fue reconstruido utilizando troncos de enebro quemados cuando un incendio arrasó el parque natural circundante en 2022. El proyecto recibió 50,000 euros ($55,000) en financiamiento del parque e involucró a equipos de construcción profesionales.
El domingo pasado, los recreadores marcaron la finalización del proyecto. Vestido con uniforme de oficial de la Unión, Sergio García, miembro fundador de la Asociación Cultural Sad Hill, develó una placa en conmemoración a los cientos de extras locales que participaron en la producción original. En el cementerio, un hombre permanecía en pose lista para sacar su arma mientras su altavoz portátil reproducía el pegajoso tema “The Ecstasy of Gold” de la inolvidable banda sonora de la película compuesta por Ennio Morricone.