“Aryna Sabalenka dejó el US Open en lágrimas hace 12 meses como subcampeona. Salió en las semifinales los dos años anteriores. Esta vez, Sabalenka estaba de buen humor después de ganar su primer campeonato en Flushing Meadows y el tercer título de Grand Slam de su carrera.
Sabalenka, la sembrada número 2, venció a la número 6 Jessica Pegula 7-5, 7-5 en una final animada bajo techo en el Estadio Arthur Ashe el sábado, sumando este triunfo a los dos que obtuvo en el Abierto de Australia en las últimas dos temporadas, también en canchas duras.
“Muchas veces, pensé que estaba tan cerca de conseguir un título del US Open. Ha sido un sueño mío. Finalmente, obtuve este hermoso trofeo. Significa mucho”, dijo Sabalenka, una bielorrusa de 26 años, que está en una racha de 12 victorias consecutivas.
“Recuerdo”, dijo, “todas esas duras derrotas en el pasado aquí”.
Eso incluye las semifinales en 2021, contra Leylah Fernandez, y en 2022, contra la número 1 Iga Swiatek.
Más conmovedor, por supuesto, fue el año pasado, cuando Sabalenka fue perturbada por la multitud de Ashe, desperdició una ventaja de set y fue derrotada por Coco Gauff. Como Gauff, Pegula es estadounidense, pero los espectadores fueron mucho más generosos con Sabalenka el sábado, aplaudiendo sus mejores esfuerzos e incluso obedeciendo cuando agitaba los brazos para pedir más ruido.
Después, Sabalenka agradeció a los fanáticos por animarla, lo que probablemente (guiño, guiño) no tenía relación con su oferta de broma de “¡Las bebidas van por mi cuenta!” después de una victoria anterior.
Pegula, una neoyorquina cuyos padres son dueños de los Buffalo Bills de la NFL y los Buffalo Sabres de la NHL, participaba en una final importante por primera vez a los 30 años. Ha ganado 15 de sus últimos 17 partidos en el último mes; ambas derrotas fueron contra Sabalenka.
“Sé lo difícil que es perder en la final, pero estás mostrando un tenis increíble, y estoy más que segura de que algún día, lo conseguirás”, le dijo Sabalenka a Pegula durante la ceremonia en la pista, luego hizo una pausa y agregó con una risa: “Quiero decir, no (solo) uno. Quizás más. Pero empecemos por un Grand Slam”.
Para crédito de Pegula, no se derrumbó después de que Sabalenka encadenara cinco juegos consecutivos para tomar el primer set y adelantarse 3-0 en el segundo. En el siguiente juego, Pegula perdió un punto y mostró su frustración golpeando una pelota contra la pared de video detrás de la línea de fondo, desprendiendo un pequeño panel cuadrado.
Tal vez eso liberó algo de tensión, porque de repente Pegula se afirmó a sí misma, usando su propia racha de cinco juegos para adelantarse 5-3. Pero cuando sacó con 5-4 con la oportunidad de forzar un tercer set, Pegula permitió que Sabalenka igualara el segundo con un quiebre.
“Pude encontrar un buen tenis, simplemente no pude mantenerlo”, dijo Pegula. “Ella jugó un gran tenis en momentos importantes”.
De hecho, eso marcó un aumento de tres juegos para Sabalenka, que pronto se derrumbó en la cancha, dejando caer su raqueta y cubriendo su rostro con ambos brazos.
“Todos están como, ‘¡Felicitaciones! ¡Torneo increíble!'”, dijo Pegula. “Yo estoy como, ‘Eh, lo que sea'”.
Sabalenka es tan demostrativa como cualquiera, su lenguaje corporal suele ser un barómetro preciso de si las cosas van bien, o no, para ella. Pero mientras titubeaba al principio el sábado, era difícil leer lo que estaba pensando contra Pegula, quien eliminó a Swiatek en los cuartos de final.
Incluso mientras estaba abajo un quiebre temprano y a un punto de estar 3-1 abajo, Sabalenka reaccionaba a los errores volviendo tranquilamente la espalda y respirando profundamente mientras atletas estrellas de otros deportes como Stephen Curry, Lewis Hamilton y Noah Lyles observaban desde las gradas.
Una vez que Sabalenka se puso en marcha, una vez que sus golpes potentes -sus derechas fueron las más rápidas de las últimas dos semanas, más veloces que las de cualquier mujer o hombre- estuvieron calibrados de manera adecuada, quedó claro que el resultado sería determinado por lo que ella hiciera.
Al final, las estadísticas dejaron eso en claro: Sabalenka terminó con muchos más ganadores que Pegula, 40-17, y también más errores no forzados, 34-22. Sabalenka controló la mayoría de los intercambios, con Pegula principalmente atascada respondiendo lo mejor que podía.
“Es súper poderosa. Va por sus tiros. Definitivamente no te va a dar nada”, dijo Pegula. “Estaba feliz de poder luchar de regreso y darme una oportunidad, pero al final no fue suficiente”.
Hubo un momento de clara ira por parte de Sabalenka. Sucedió con 5-5 en el primer set, cuando hizo doble falta para enfrentar un punto de quiebre, luego se inclinó hacia adelante y golpeó su raqueta contra la cancha cuatro veces mientras sostenía el mango con ambos puños.
Pareció funcionar. Salvó ese punto de quiebre, terminó llevándose ese juego, luego quebró a Pegula para quedarse con el primer set.
Hace un año, Sabalenka desperdició esa ventaja contra Gauff. El año anterior, Sabalenka desperdició esa ventaja contra Swiatek.
No dejó que volviera a suceder.
“En ese segundo set, sinceramente, solo estaba rezando allí”, dijo Sabalenka, quien recibió un cheque de ganadora de $3.6 millones. “Literalmente estaba parada allí y rezando.””