Problemas de vivienda en Mallorca.

Se me ocurrió el otro día, mientras saludaba a mi vecino mallorquín con un amistoso “Hola”, que tal vez él sea igual de culpable de la crisis de vivienda en esta isla que mis vecinos ingleses, franceses y daneses, que nos invaden cada agosto y acaparan los espacios de estacionamiento. ¿Cómo puede ser culpable este pobre, inocente mallorquín? Simple. Él y su familia viven en Palma durante 50 semanas al año, luego se retiran a nuestro pueblo por un par de semanas cada verano. ¿El resto del tiempo? Esa casa queda vacía. Sin contribución a la economía local, sin participación en la vida del pueblo, solo otra propiedad vacante en un lugar desesperado por viviendas.

Aparentemente, el 67% de las casas de la isla son residencias principales, mientras que el otro 33% son segundas residencias o alquileres vacacionales. Pero no pretendamos que todas esas segundas viviendas son de extranjeros adinerados aquí para sus “vacaciones”. No, tenemos muchos locales que juegan el mismo juego, alternando entre una casa de verano y una casa de invierno como si fuera un deporte. Y de alguna manera, esta verdad incómoda se olvida convenientemente, con toda la culpa recayendo en los extranjeros.
Si eso no es un “autogol” en la debacle de “Turistas Go Home”, no sé qué es.

Por casi 20 años, he vivido en mi pueblo y he visto cómo varias casas en la carretera principal, al menos cinco que puedo recordar, caen en el abandono. Algunas están abandonadas porque el propietario murió sin herederos, otras porque los herederos no pueden ponerse de acuerdo sobre qué hacer, y otras todavía están atrapadas en un limbo legal o son propiedad de alguien que vive en el extranjero en Cuba, Francia o América del Sur, lugares a los que muchos habitantes de Andratx huyeron durante el reinado de Franco.

LEAR  Hombre y sus dos hijos son arrestados por apuñalar a su ex pareja en una heladería en la Costa Blanca de España.

¿Por qué no interviene el ayuntamiento? Podrían recuperar estas propiedades, renovarlas y alquilarlas a locales que están desesperados por viviendas asequibles. ¿No sería eso un ganar-ganar? Ya es hora de dejar de culpar a los extranjeros y empezar a abordar los problemas reales en casa.