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Nuevo título en español: “La polémica reforma judicial mexicana supera un obstáculo clave”

Un proyecto de ley controvertido que cambiará la forma en que se eligen los jueces en México ha sido aprobado por la cámara baja el miércoles y ahora pasará al Senado, donde también se espera que pase. Los defensores del proyecto de ley, entre ellos el presidente Andrés Manuel López Obrador, argumentan que ayudaría a hacer que los jueces rindan cuentas, pero sus críticos dicen que socava el sistema de pesos y contrapesos de México. La reforma judicial ha desencadenado huelgas de trabajadores judiciales y manifestaciones en varias ciudades de todo el país. Los magistrados de la Corte Suprema son los últimos en haber dejado de trabajar en protesta por las medidas planificadas, que verían a magistrados y jueces elegidos por voto popular. La Cámara de Diputados aprobó abrumadoramente la reforma con 359 votos a favor y 135 en contra después de una sesión que duró más de 12 horas. Los legisladores se reunieron en un polideportivo después de que los manifestantes bloquearan la entrada del palacio legislativo. A pesar de las protestas, el partido gobernante Morena empujó rápidamente el proyecto de ley a través de la cámara baja, donde tiene la mayoría de dos tercios necesaria para hacer cambios constitucionales. Ahora será debatido en el Senado, donde Morena está a solo un voto de la mayoría de dos tercios. El presidente López Obrador está ansioso por ver aprobada la reforma judicial antes del final de su mandato el 30 de septiembre. Durante sus seis años en el cargo, el presidente ha sido particularmente crítico de la Corte Suprema, después de que bloqueara algunos de sus cambios propuestos en los sectores de energía y seguridad. Su partido Morena y su candidata presidencial, Claudia Sheinbaum, ganaron por amplio margen en las elecciones generales celebradas en junio y la Sra. Sheinbaum respalda la reforma judicial. El Sr. López Obrador argumenta que el éxito electoral de su partido demuestra que los mexicanos apoyan su propuesta de reforma judicial. Lleva mucho tiempo haciendo lobby por una reforma del poder judicial, argumentando que el sistema actual es corrupto e ineficiente. Los magistrados de la Corte Suprema son actualmente nominados por el presidente y luego aprobados por los senadores. Bajo el nuevo sistema, los jueces, incluidos los de la Corte Suprema, tendrán que presentarse a elecciones, para ser elegidos por voto popular. El Sr. López Obrador argumenta que tener que presentarse a elecciones los hará más responsables ante los votantes mexicanos, pero los críticos dicen que podría exponerlos a la influencia de poderosas figuras locales, incluidas aquellas vinculadas al crimen organizado. Los opositores a la reforma también dicen que no aborda muchos de los problemas clave que enfrenta el sistema judicial de México, como los altos niveles de impunidad y la subfinanciación crónica. Entre los que se han pronunciado en contra está el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien dijo que la “elección popular directa de jueces es un gran riesgo para el funcionamiento de la democracia de México”. Sus comentarios fueron eco del embajador canadiense, quien dijo que los inversionistas canadienses habían expresado preocupación por los cambios propuestos. “Quieren estabilidad, quieren un sistema judicial que funcione si hay problemas”, dijo el embajador Graeme Clark. El presidente López Obrador se mostró molesto por los comentarios y “pausó” las relaciones con los países. “Tienen que aprender a respetar la soberanía de México”, dijo.

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