La decisión de Australia de no incluir nuevas preguntas sobre género y orientación sexual en el próximo censo desató un acalorado debate el jueves, y una advertencia de que los ciudadanos LGBTQ podrían boicotear el conteo.
El gobierno de centro-izquierda del país dijo que eliminó los planes tentativos de preguntar a los australianos, por primera vez, sobre su identidad sexual y de género en la encuesta de 2026.
Los partidarios esperaban que las preguntas proporcionaran una imagen más precisa de quiénes son los australianos y a quiénes aman.
Pero el ministro de finanzas, Jim Chalmers, dijo el jueves que la decisión se tomó para evitar un debate público feo y potencialmente divisivo.
“Hemos visto cómo estos temas pueden ser utilizados en contra de miembros de nuestra comunidad, y no queremos que eso suceda”, dijo Chalmers a la radiodifusora pública ABC.
“El censo no es la única oportunidad para recopilar ese tipo de datos”.
Pero algunos han expresado enojo por la reversión.
El legislador independiente de Sydney, Alex Greenwich, dijo que no ser contado adecuadamente “sería profundamente hiriente” para una parte de la población “que durante muchos años ha sido obligada a esconderse en el armario”.
“Si esta decisión se mantiene, el gobierno podría esperar que las personas LGBTQ y nuestras familias no participen en el próximo censo”, advirtió.
Anna Brown, la directora ejecutiva de Equality Australia, un grupo de defensa de derechos, dijo que la noción de que las preguntas del censo serían una amenaza para la cohesión social era “francamente absurda”.
“Lo que el gobierno nos está diciendo es que no vale la pena tener conversaciones difíciles por nosotros, y nos está dejando en la cesta de ‘demasiado difíciles'”, dijo.
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