8 hábitos que demuestran que careces de clase (respaldados por la psicología)

Mujer seria. Crédito: Pixabay

La clase y la sofisticación no están únicamente ligadas a la riqueza. En cambio, pueden ser evidentes a través del comportamiento y la actitud. Hay ocho hábitos (respaldados por la psicología) que pueden revelar una falta de sofisticación y clase…

1. Tener falta de empatía hacia los demás

La empatía es la capacidad de entender y compartir los sentimientos de otra persona, clave para la conexión humana. La falta de empatía a menudo señala una falta de clase. Sugiere una incapacidad de ver más allá de uno mismo y considerar a los demás.

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Para irradiar sofisticación y clase, la empatía debe ser mejorada. Esto se puede lograr escuchando cuidadosamente a los demás y respondiendo con amabilidad.

2. Ser grosero con las personas en roles de atención al cliente

Los psicólogos señalan que tratar mal a los trabajadores que sirven al público es un claro signo de falta de sofisticación. Muestra un sentido de superioridad y una incapacidad para manejar inconvenientes menores con gracia. La verdadera clase se trata de respetar a todos, independientemente de su trabajo o estatus. Una famosa cita del fallecido boxeador y activista, Muhammad Ali, lo resume perfectamente: “No confío en quien es amable conmigo pero grosero con el camarero. Porque me tratarían de la misma manera si estuviera en esa posición.”

3. Interrumpir constantemente a los demás

Desde el punto de vista psicológico, si una persona interrumpe frecuentemente a los demás, a menudo significa que tienen dificultades con el control de los impulsos. Sienten la necesidad de imponer sus opiniones, a veces a expensas de los demás. Este hábito puede parecer irrespetuoso, señalando una falta de sofisticación y clase. Para reducir esto, intenta practicar la escucha activa. Deja que los demás hablen y muéstrales el respeto que se merecen.

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4. Sentir la necesidad de compartir en exceso detalles personales

En el mundo actual impulsado por las redes sociales, puede ser fácil compartir en exceso. Pero cuando se trata de sofisticación y clase, a menudo menos es más.

Los psicólogos sugieren que el compartir en exceso, especialmente sobre asuntos sensibles o íntimos, puede indicar una falta de límites. Puede hacer que otros se sientan incómodos y señala una falta de discreción.

Las personas sofisticadas y con clase entienden el valor de la privacidad. Saben cuándo compartir y cuándo retener información, manteniendo la conversación apropiada para el entorno.

 

5. No reconocer los errores

Todos cometemos errores, pero la forma en que los manejamos revela mucho sobre nuestro nivel de sofisticación y clase.

Rehusarse a reconocer los propios errores a menudo está relacionado con la inseguridad. Es una forma de proteger el ego, pero a costa de la honestidad y el crecimiento.

Las personas sofisticadas admiten sus errores con gracia. Ven los errores como oportunidades para aprender y mejorar.

6. Ser chismoso/a

Un poco de chisme puede parecer inofensivo, pero puede dañar la confianza y el respeto. Hablar negativamente sobre otros a sus espaldas es una clara señal de falta de sofisticación y clase.

El dicho: ‘Quien chismea contigo, chismeará de ti’ resume por qué no debes participar en el chisme. Si alguien te habla mal de otros, es muy probable que también hable mal de ti a otros. Un/a chismoso/a no tiene favoritos ni límites.

En lugar de chismear, intenta enfocarte en conversaciones positivas. Eleva a los demás en lugar de criticarlos.

7. Tratar de siempre superar a los demás

Esto sucede cuando alguien siempre tiene una historia más grande y mejor que la tuya. Este hábito a menudo proviene de la inseguridad. Es un intento de afirmar superioridad, pero en cambio, hace que la persona parezca arrogante.

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Las personas elegantes y sofisticadas no sienten la necesidad de superar a los demás. Escuchan, se involucran y celebran los logros de los demás en lugar de intentar superarlos.

8. Mostrar falta de gratitud

La gratitud consiste en apreciar lo que se tiene y reconocer la amabilidad de los demás. La falta de gratitud puede señalar un sentido de superioridad, una creencia de que el mundo te debe algo. La gratitud diaria, expresada de pequeñas maneras, es un signo de verdadera clase y sofisticación.

Los psicólogos, Emmons, R. A., & McCullough, M. E. realizaron un estudio en 2003 que examinó cómo mantener una perspectiva agradecida impacta en el bienestar psicológico y físico.

Los participantes en tres estudios fueron asignados a diferentes grupos, incluido un grupo de gratitud, y llevaron registros de sus estados de ánimo, comportamientos y salud. Los hallazgos sugirieron que enfocarse conscientemente en las bendiciones puede mejorar el bienestar emocional e interpersonal.

La clase y la sofisticación se tratan más sobre el respeto y la consideración que sobre cualquier otra cosa. Tratar a los demás con amabilidad, mostrar empatía y demostrar buen juicio son todas cualidades excelentes para tener. Ayudan a crear mejores relaciones, construir confianza y tener un impacto positivo en entornos sociales.

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