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La vicepresidenta Kamala Harris se reunió con CEOs en 2021 sobre ayuda para el Triángulo Norte
Desde su primera línea, el primer anuncio televisivo de Donald Trump contra su rival Kamala Harris apuntó a lo que su campaña cree que es su mayor debilidad: la inmigración.
“Esta es la zarina de la frontera de Estados Unidos”, dijo un narrador, sobre imágenes de la vicepresidenta bailando, “y nos ha fallado”.
Una serie de estadísticas siguieron, ilustrando lo que la campaña de Trump dice que sucedió bajo el mandato de la Sra. Harris, a quien el presidente Joe Biden le dio un papel en el manejo de la crisis fronteriza poco después de su inauguración.
Las cifras en el video iban desde 10 millones de cruces ilegales de la frontera hasta 250,000 muertes relacionadas con fentanilo.
La voz concluyó: “Kamala Harris: fallida, débil, peligrosamente liberal”.
La campaña de Harris respondió que el ex presidente estaba basando su campaña en “sus mentiras de siempre”.
No sorprende que la campaña de Trump haya apuntado a la Sra. Harris como la “zarina de la frontera fallida”, culpándola por el alto número de inmigrantes indocumentados en la frontera sur de Estados Unidos.
Los estadounidenses han dicho consistentemente en encuestas este año que la inmigración es un problema principal que enfrenta su país, y pesará en la mente de muchos cuando emitan su voto para el próximo presidente de Estados Unidos en noviembre.
Desde ese primer anuncio, Trump y su compañero de fórmula JD Vance han etiquetado repetidamente a la Sra. Harris como la “zarina de la frontera fallida”, y la han vinculado a imágenes incesantes de personas cruzando el río Grande o pasando debajo de alambre de púas hacia Estados Unidos.
Sus críticos dicen que ella debería haber encontrado una manera de abordar el problema en los últimos cuatro años.
Pero “zarina de la frontera” es un término controvertido. Aliados y ex funcionarios que trabajaron con la vicepresidenta dicen que ella no tuvo la responsabilidad de vigilar la frontera.
“Nunca fue ese cargo”, dijo Ricardo Zúñiga, ex subsecretario adjunto de Estado de Asuntos del Hemisferio Occidental.
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Familia esperando ser arrestada después de cruzar la frontera ilegalmente
A principios de 2021, el presidente Biden le asignó a la Sra. Harris la difícil tarea de abordar las “causas fundamentales” de la inmigración centroamericana.
En ese momento, la gente huía de una tormenta perfecta de violencia relacionada con pandillas, ruina económica y desastres ambientales en una región llamada Triángulo Norte – Guatemala, Honduras y El Salvador.
Al hablar con migrantes que pasaban por México, estaba claro que la mayoría venía de Honduras, donde, según ellos, gobernaba una brutal “narco-dictadura” y los salarios eran tan bajos como cinco dólares al día.
Si bien el objetivo final del rol de Harris era reducir el número de personas que llegaban a la frontera de Estados Unidos, el Sr. Biden nunca usó las palabras “zarina de la frontera” al anunciar su nombramiento.
“Ella es la persona más calificada para liderar nuestros esfuerzos con México y el Triángulo Norte para frenar el movimiento de tantas personas hacia nuestra frontera sur”, dijo el Sr. Biden en ese momento.
Aun así, muchas personas llegaron a ver la asignación como abarcadora. Varios medios de comunicación, incluida la BBC, describieron a la Sra. Harris como “zarina” en informes de noticias.
Algunos comentaristas en América Central y México cuestionaron sus calificaciones, dado que la Sra. Harris no tenía experiencia previa en asuntos latinoamericanos.
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Harris viajó a Honduras en enero de 2022 para reunirse con el nuevo presidente del país
Zarina o no, el trabajo era una tarea desalentadora y poco agradecida.
Lidiar con décadas de subinversión y las profundas luchas económicas y políticas de la región requeriría enormes cantidades de dinero, junto con buena voluntad y cooperación bipartidista. Eso escasea en Washington, especialmente cuando se trata de inmigración.
“La idea de que una administración de Estados Unidos va a alterar 500 años de historia en América Central en un período de cuatro años es ridícula”, dice Ricardo Zúñiga.
Como ex principal diplomático de Estados Unidos sobre el Triángulo Norte, él sostiene que la administración Biden logró avances en los problemas de América Central.
Señala la ayuda de la Sra. Harris para recaudar $5 mil millones de dólares (£3.9 mil millones) del sector privado para la creación de empleos y emprendimiento en la región. Varios ex miembros de su equipo cuentan cómo ella personalmente llamó a CEOs para persuadirlos de aportar fondos.
Durante su visita a Guatemala y México en junio de 2021, vi a la Sra. Harris intentar mostrar un rostro más amable, después de cuatro años de retórica dura de Donald Trump. Dijo que apreciaba que la gente estuviera huyendo “del hambre, los huracanes y la pandemia” y pasó a establecer un grupo de trabajo contra la corrupción en América Central.
Ese viaje, sin embargo, es más recordado por su mensaje contundente a todos los migrantes potenciales: “No vengan. Si llegan a nuestra frontera, serán devueltos”.
Millones ignoraron su advertencia. Aproximadamente dos años después, en diciembre de 2023, los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) tuvieron 300,000 encuentros con inmigrantes indocumentados en la frontera sur de Estados Unidos.
Muchos de los que han gobernado a lo largo de la frontera en los últimos años tienen una visión negativa de Kamala Harris y su trabajo en América Central.
“Sea lo que sea que estuviera haciendo diplomáticamente en otros países, no lo calificaría como muy efectivo basándonos en lo que vimos aquí en la frontera real”, dice Douglas Nicholls, alcalde republicano de Yuma, Arizona.
“Tuvimos números récord de personas, cifras que superaron con creces todo lo que habíamos visto antes, incluidos más de tres veces la población de mi ciudad en un año. Esas eran cifras alarmantes”.
La vicepresidenta es un objetivo “legítimo” en el tema, que él dice que no es “una excusa inventada para avivar el apoyo entre la base”.
“Debería haberse abordado mucho antes de lo que lo hizo”, dice el alcalde Nicholls.
Otros sugieren que los fondos que la Sra. Harris ayudó a recaudar solo tuvieron un impacto pequeño en el principal incentivo que impulsa a la gente hacia el norte: ser pagados en dólares estadounidenses.
Ricardo Barrientos, director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, dijo que la inversión del sector privado estadounidense palidece en comparación con las remesas que los migrantes centroamericanos envían a casa: $37 mil millones solo el año pasado.
“Es muy pequeño en comparación con la magnitud del desafío. Algunos dirían, ‘demasiado poco, demasiado tarde'”, dijo.
Pero Katie Tobin, quien trabajó en inmigración en la Casa Blanca, dice que el trabajo de la Sra. Harris ha sido deliberadamente “malinterpretado y pintado de manera negativa”.
La Sra. Harris merece crédito por “una buena noticia” en América Central, dice. Se refiere a estadísticas que muestran una caída del 72% en la inmigración solo desde América Central entre marzo de 2021, cuando la Sra. Harris asumió el cargo, y junio de 2024.
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El candidato a vicepresidente republicano JD Vance visita la frontera sur en Arizona
En última instancia, la percepción del historial de la Sra. Harris puede dividirse simplemente a lo largo de líneas partidistas.
En los últimos meses, el número total de migrantes indocumentados ha disminuido considerablemente.
Esto se debe en parte a una orden ejecutiva emitida por el presidente Biden que permite deportar a los migrantes en Estados Unidos ilegalmente sin procesar sus solicitudes de asilo. También hay más vías legales de entrada a Estados Unidos para migrantes potenciales.
La defensa de la Sra. Harris consiste principalmente en señalar la resistencia de Trump para lograr un acuerdo bipartidista sobre la reforma migratoria en el Congreso.
En febrero, los legisladores alcanzaron el acuerdo después de una intensa lucha, donde los demócratas cedieron mucho terreno a las posiciones republicanas. Los líderes republicanos luego lo bloquearon por orden de Trump, supuestamente porque no quería darle una victoria a la administración Biden.
“Fue el mismo Trump quien, por razones políticas muy claras, socavó un acuerdo que ayudaría a estabilizar la frontera”, dice Zúñiga. “Entonces, la campaña de Trump está un poco en el camino de su propio argumento en esto”.
El alcalde Nicholls en Yuma no se conmueve por esa defensa, diciendo: “Creo que eso es una memoria muy corta”.
Recuerda haber contactado a la Casa Blanca de Trump en un momento de crisis. Fue invitado a discutir directamente sobre inmigración con el presidente y el secretario de Seguridad Nacional en una reunión donde se le dieron más recursos.
Tres meses después, dice que “salimos de esa crisis”.
“Eso es un liderazgo efectivo en la frontera”, agrega.
Aun así, Tobin dice que la campaña de Harris debería hablar más al respecto.
“Cuando hay un vacío y la vicepresidenta no habla sobre inmigración, crea una oportunidad para que los republicanos llenen las ondas con desinformación”.
La campaña de Harris respondió al primer anuncio de Trump con algunos de los suyos.
El primero se centró en la oposición de Trump al acuerdo de inmigración, y lo acusó de intentar evitar que ella arreglara el sistema de inmigración “roto”.
Uno más reciente ha puesto el foco en su trabajo antes de la administración Biden, insistiendo en que como fiscal general de California, la Sra. Harris procesó cárteles y pandillas de tráfico de drogas, y como presidenta combatiría el fentanilo y el tráfico de personas.
Queda por ver si esta nueva postura será suficiente para que ella se desprenda de la etiqueta de “zarina de la frontera fallida”, dado que los republicanos sin duda seguirán martillando esa imagen hasta el día de las elecciones.