Síntomas de diverticulitis y cómo tratarla

La diverticulitis es una inflamación o infección de pequeñas bolsas llamadas divertículos que pueden desarrollarse a lo largo de las paredes de tus intestinos. La formación de estas bolsas se conoce como diverticulosis, una condición común que generalmente causa pocos o ningún síntoma. Sin embargo, cuando estas bolsas se inflaman o infectan, se produce la diverticulitis, que puede ser dolorosa y provocar complicaciones graves.

La diverticulosis es común en los Estados Unidos y en otras partes del mundo donde las dietas altamente procesadas son la norma. Se estima que el 30% de los estadounidenses mayores de 50 años tienen diverticulosis, cifra que aumenta al 50% en personas mayores de 60 años y al 75% en personas mayores de 80 años.

Con mayor frecuencia, la condición afecta al colon sigmoide, una sección del intestino grueso cerca del final del tracto digestivo. Entre aquellos con diverticulosis, aproximadamente el 4% desarrolla diverticulitis.

Los síntomas comunes de la diverticulitis incluyen dolor abdominal, cambios en los movimientos intestinales, náuseas y vómitos, fiebre y sangrado rectal. La diverticulitis puede clasificarse como aguda, que ocurre repentinamente y a menudo causa dolor abdominal intenso, fiebre y náuseas, o crónica, con síntomas persistentes debido a la inflamación continua.

Los casos más graves pueden llevar a complicaciones serias, como abscesos, perforación en el colon, fístulas, obstrucciones intestinales y peritonitis.

Varios factores, incluyendo una dieta baja en fibra y la disbiosis intestinal, juegan un papel importante en el desarrollo de la diverticulitis. Restaurar la microflora intestinal y la producción de energía celular son clave para prevenir y tratar esta condición.

Es fundamental optimizar la función mitocondrial para mantener un ambiente intestinal saludable y reducir el riesgo de diverticulitis. El equilibrio de la microbiota intestinal, incluyendo bacterias beneficiosas como Akkermansia, es esencial para la salud digestiva.

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El dióxido de carbono (CO2) también desempeña un papel crucial en la producción de energía y el mantenimiento de la salud mitocondrial. Aumentar la producción de CO2 a través de diferentes métodos puede ser beneficioso para mejorar la función celular y prevenir enfermedades como la diverticulitis.

Explorar formas de reestructurar la microbiota intestinal, como consumir alimentos ricos en polifenoles y evitar ciertos ingredientes dañinos, es fundamental para promover la salud digestiva y prevenir la diverticulitis.