Este julio marca el primer año de la legislatura liderada por Margalida Prohens. Si hacemos balance de estos 12 meses mirando hacia el mar y la atención que se ha prestado a los compromisos del Pacto Balear Azul, tenemos razones tanto para aplaudir como para criticar sus acciones, o la falta de las mismas. Su primer éxito fue la implementación de la Comisión de Co-Gestión para la Pesca Recreativa. La vinculación de este grupo con la conservación del medio marino ha creado un espacio de diálogo bienvenido.
Otra acción que aplaudimos es la unificación de las regulaciones que rigen la pesca y la mariscada en las áreas de la red Natura 2000. Regulaciones claras y unificadas pueden mejorar la efectividad de estas áreas, que son los principales instrumentos para la conservación de la naturaleza en la Unión Europea.
Además, a pesar de la necesidad de más recursos, han luchado de forma decidida contra la pesca ilegal, una práctica que pone en peligro nuestros recursos marinos y la sostenibilidad de las comunidades pesqueras locales. La inversión continuada en infraestructuras para mejorar la calidad del agua es quizás el punto más fuerte de este primer año de legislatura. Mantener la atención en este aspecto es vital no solo para la vida marina sino también para la salud humana y las actividades económicas que dependen del mar.
También encontramos notable su disposición para avanzar en la protección de tiburones y rayas, especies esenciales para el equilibrio de la biodiversidad marina, así como su voluntad de crear espacios de trabajo para conservar las bahías someras, hábitats cruciales para muchas especies que actúan como zonas de cría y alimentación.
Pero no todo son buenas noticias. El aspecto más preocupante es su falta de atención a la alta protección del mar. Hay valor en crear áreas cerradas a la pesca para poder pescar más y mejor en torno a ellas. La legislatura comenzó con 55km2 cerrados a la pesca, es decir, 1.7% de las aguas interiores, como se muestra en el estudio de la Dra. Natàlia Barrientos. Pero en todo esto, en el primer año de legislatura, no se ha creado ni un solo kilómetro cuadrado de alta protección. Tampoco han expresado la voluntad de avanzar en la creación de santuarios marinos, un paso esencial para la regeneración de los ecosistemas y la preservación de la biodiversidad marina.
No solo no se ha avanzado en la alta protección, sino que se reasignaron 1,44 millones de euros del Fondo Next Generation que estaban destinados a crear una propuesta de santuarios marinos y un plan de trabajo para la conservación de las bahías someras. Esta decisión significativa podría ser un error si el gobierno la corrige en el próximo presupuesto.
Además, la falta de un calendario claro para la elaboración de los planes de gestión de las áreas marinas Natura 2000 pendientes es una grave deficiencia. Sin fechas y un compromiso público al respecto, será prácticamente imposible completarlos durante esta legislatura.
Otro punto negativo es su silencio sobre la implementación de nuevos planes de monitoreo para hábitats y especies, un tema que cuenta con muy pocos recursos y necesita mucha más atención. Sin un buen sistema de monitoreo y financiación estable, no es posible evaluar la efectividad de las políticas de conservación y ajustarlas según las necesidades reales de los ecosistemas marinos.
También es decepcionante su falta de respuesta al Pacto Balear Azul, a pesar de la solicitud del Parlamento. Ignorar esta hoja de ruta con acciones concretas y un amplio apoyo social, económico y político indica una falta de compromiso con las iniciativas de conservación impulsadas por la sociedad civil y los expertos.
Tomando el Pacto Balear Azul como referencia, este primer año de legislatura ha sido un período bastante decepcionante en términos de dar a los entornos marinos y costeros de Baleares la atención que merecen. Aunque celebramos los avances realizados y reconocemos que las Islas Baleares están en un buen lugar en comparación con otras comunidades autónomas de la costa española y países mediterráneos, es una lástima que esta ventaja no se esté utilizando para fortalecer el liderazgo de nuestras islas.