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Este verano se ha convertido en uno desafiante para los socorristas a lo largo de la costa mediterránea de España, especialmente en Mallorca, con las corrientes de resaca convirtiéndose en una creciente amenaza para los nadadores.
Hace una semana, cinco turistas fueron rescatados en un solo día después de quedar atrapados en las corrientes y el domingo pasado vi cómo los socorristas luchaban no solo por mantener el control de una concurrida playa en Cala Ratjada, sino también por rescatar a una mujer de mediana edad que quedó atrapada en una corriente y fue arrastrada mar adentro.
Todo esto a pesar de que las banderas rojas estaban ondeando y la mayor parte de la pequeña playa había sido acordonada. ¿Los bañistas prestaron atención? No, ni siquiera algunos de los residentes locales. Así que los socorristas, que estaban constantemente patrullando arriba y abajo de la playa, soplando sus silbatos para que la gente volviera cerca del borde del agua, se vieron obligados a abrir un pequeño corredor frente a la torre de vigilancia para que pudieran, en teoría, mantener el control de las personas que disfrutaban de un chapuzón rápido o jugaban en las olas.
Las banderas son de gran importancia y están ahí para la seguridad de las personas, así que si la bandera roja está ondeando, no te metas en el agua, es tan simple como eso. Sé que las personas de vacaciones podrán objetar, pero así es la vida, de hecho, quedar atrapado en una corriente de resaca podría ser una cuestión de vida o muerte, como explicaban los paneles de información en la playa. Así que por favor, presten atención a los socorristas, es por su propio bien.
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