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Según las cifras del gobierno balear, en 2022 había 1.786 agentes de policía locales, habiéndose reducido este número en más de 200 durante un periodo de diez años.
En Palma solo hubo una disminución de 123 a 778, siendo la población de la ciudad aumentada en casi 16.000 habitantes, llegando a 423.351. Mientras tanto, la tasa de criminalidad ha aumentado, como ha señalado el jefe de policía, Guillem Mascaró.
Existe la opinión de que las autoridades locales consideran que la policía es un costo y no una inversión, aunque hay que señalar que la contratación en los ayuntamientos se vio obstaculizada por las regulaciones de estabilidad presupuestaria del gobierno nacional que se introdujeron en 2012.
Ha habido cierta recuperación, pero las fuerzas más pequeñas en Mallorca y las Islas Baleares todavía sufren por tener un número de agentes inferior al óptimo. El crecimiento de la población ha sido un hecho en prácticamente todos los 67 municipios de las Islas Baleares.
Sergi Torrandell es el jefe de la policía de Llucmajor y ex director general de interior del gobierno balear. Está preocupado por el gran número de jubilaciones que se producirán en los próximos años y afirma que simplemente no hay suficientes agentes disponibles para cubrir las necesidades de los diferentes ayuntamientos.
Se culpa principalmente a la falta de voluntad política por la escasez de policías. Otros factores son la poca frecuencia de las convocatorias de reclutamiento y la excesiva burocracia en el proceso de tramitación de nuevas plazas.
En Palma hay voluntad política en que el alcalde, Jaime Martínez, ha prometido aumentar la fuerza en 300 antes de las próximas elecciones municipales en 2027.
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