Este es el momento impactante en el que dos turistas estadounidenses supuestamente recibieron amenazas de muerte después de negarse a pagar por calamares ‘dudosos’ en la Costa del Sol.
Gregory y Marta Venable, de Nuevo Hampshire, estaban comiendo en El Patio del Macarena en Estepona el mes pasado, donde pidieron una variedad de platos.
Sin embargo, les hicieron saber al personal que los 18€ de calamares eran ‘horribles’ y que no podían comerlos. Cuando llegó la cuenta de 39,50€, la pareja pidió que se eliminara del total.
Cuando el personal se negó a hacerlo, la pareja dejó efectivo para cubrir todo en la factura, menos los 18€ de los calamares. Fue en ese momento que las cosas se volvieron agresivas.
Según una denuncia presentada por la pareja, un camarero empujó a Gregory y se negó a dejarlo ir hasta que pagara la factura completa. La policía está investigando el incidente.
En un increíble metraje grabado por Marta en su teléfono, un trabajador del restaurante se ve deteniendo a la fuerza a Gregory, un empresario adinerado, para que no se vaya mientras varios lugareños se reúnen para intimidar a la pareja.
Gregory se le escucha gritar: “No me toques, maldito… no me toques”, mientras el trabajador dice “quieren irse sin pagar”.
Luego, dos hombres locales corpulentos se acercan a Gregory y comienzan a señalarlo en la cara, con uno que se escucha decir: “Eres un tipo malo, eres un loco, eres un tipo malo”.
Una mujer local luego se ve sacando su teléfono para grabar el incidente, empujando su móvil en la cara de Marta y burlándose de ella por no hablar español.
Alguien luego agarra el teléfono de Marta e intenta quitárselo.
Gregory afirma que uno de los hombres locales que le gritaba ‘acaba de amenazarme de muerte’ antes de que él grite: “¡Llama a la policía!”
En un video a la cámara explicando lo que sucedió, Gregory dijo: “Se negaron a quitar los calamares… no comimos los calamares… y están armando un gran escándalo y es absolutamente ridículo.
Les dijimos que el sabor es muy, muy malo con el aceite y era muy, muy viejo, no podíamos comerlo, estaba chicloso, se lo devolvimos, la gerente fue increíblemente grosera y involucró a todas las personas locales aquí y la camarera es muy grosera y se niegan a siquiera hablar con nosotros al respecto.”
El Olive Press se ha puesto en contacto con el restaurante para hacer comentarios.