El decrecimiento es inevitable y traerá prosperidad

El primer Congreso de Turismo de la Sociedad Civil, que se celebró en Palma el miércoles, se había organizado antes de que el gobierno balear organizara su gran reunión de numerosas entidades para lanzar el pacto por la sostenibilidad social y económica.

Aunque el Foro de la Sociedad Civil cuenta con conocidos críticos del modelo turístico en las Islas Baleares, como los ecologistas de GOB y la asociación Palma XXI, también puede contar con el sector empresarial, como la federación Pimem de pequeñas y medianas empresas. El congreso no se limitó a los representantes del Foro. La presidenta Marga Prohens habló, al igual que Rosario Sánchez, la mallorquina que es secretaria de Estado de Turismo de España, y María Frontera, presidenta de la Federación Hotelera de Mallorca.

Desde diferentes perspectivas políticas, sociales y económicas, los asistentes estuvieron de acuerdo en una cosa: las Islas Baleares han superado los límites del crecimiento turístico en términos de volumen. Las diferencias se referían a la escala y causas del overturismo y posibles soluciones.

En las últimas semanas, ha habido indudablemente un cambio en el tono del debate en lo que respecta a la derecha de las islas. La presidenta Prohens está acercándose a los críticos del Foro de una manera que antes podría haber parecido inconcebible. Dijo que las islas han “perdido la rentabilidad social del turismo”. “Ya no podemos crecer en volumen. Es esencial escuchar a los ciudadanos”. Prometió integrar las conclusiones del congreso en el pacto de sostenibilidad.

Margalida Ramis, portavoz de GOB, observó que “uno de los indicadores más fiables de la saturación en las islas es el malestar en las calles”. Argumentó que el turismo no ha sido mal gestionado, ya que de hecho se ha gestionado con una intención muy clara de convertir las Islas Baleares en un laboratorio de experiencias turísticas. “Cuando se ha agotado el sol y la playa, hemos inventado el turismo gastronómico o el turismo espiritual en Lluc: estrategias de diversificación turística.”

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Pedro Mas Bergas, director de gobernanza y sostenibilidad turística del Consejo de Mallorca, reconoció que “en estos momentos ya no nos sentimos visitados, sino invadidos”. Señaló que un factor contribuyente a la saturación proviene de amigos y familiares que son invitados por residentes. (Esto es algo que tiende a pasarse por alto de otra manera.)

Una de las presentaciones más contundentes fue la de Fernando Valladares, profesor del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España. Estaba de la opinión de que “hay mucho que ganar con la degrowth y dos cosas están claras: que esto es inevitable y que trae prosperidad”. Insistió en que “la verdadera prosperidad solo es posible a través de la degrowth”. “Una sociedad exasperada o quejumbrosa no nos servirá de nada.” Puso en duda si la riqueza generada por el turismo tiene un impacto proporcional en sus ciudadanos. “Que la riqueza fluya hacia abajo es un mito urbano. Es una riqueza falsa porque los inversores están muy deslocalizados.”

Valladares abogó por planificar la degrowth en lugar de esperar a que suceda repentinamente, como con las recesiones. “Es posible preparar medidas de compensación, pero esto requeriría un cambio en las constituciones, que ponen el crecimiento económico antes que la salud del ciudadano.”