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A medida que el clima se calienta, no solo la piel necesita protección; los teléfonos también.
Los teléfonos inteligentes ya no son solo una forma de mantenerse en contacto con otros. Proporcionan un medio esencial de entretenimiento e información. Se han convertido en una especie de ‘parte extra del cuerpo’ de la que no podemos prescindir.
Aunque se consideran indispensables, a menudo es fácil olvidar que no son infalibles, especialmente cuando se trata de los riesgos de sobrecalentamiento. Apple, Samsung, Google y otros fabricantes están de acuerdo en que no deben usarse en temperaturas extremadamente altas.
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Para poner esto en contexto, la mayoría dice que 35 grados es el límite superior antes de que el riesgo de problemas probablemente surja cuando se está en uso, y 45 grados cuando no se está utilizando.
El calor excesivo no solo ralentizará significativamente el dispositivo y reducirá la eficiencia de la batería, sino que también tiene el potencial de dañar los componentes internos. Esto podría llevar a reparaciones costosas o incluso tener que pagar por un reemplazo.
¿Cómo evito que mi teléfono se sobrecaliente en verano?
Por lo tanto, el paso más importante es evitar tener un teléfono a pleno sol durante cualquier período de tiempo. Por ejemplo, un teléfono dejado en la playa puede comenzar a sobrecalentarse en solo unos minutos. En su lugar, asegúrese siempre de que los teléfonos estén cubiertos de alguna forma, ya sea en un bolsillo, una bolsa, debajo de una toalla o manta o debajo de un parasol.
Otro buen consejo es quitar la funda del teléfono, que puede atrapar el calor y hacer que el teléfono se sobrecaliente más fácilmente.
Además del almacenamiento del dispositivo en sí, otra forma de prevenir el sobrecalentamiento es practicar buenos hábitos con el teléfono. Esto incluye desactivar las funciones no utilizadas, como Wi-Fi, Bluetooth y GPS. Incluso cuando no se usan, estas funciones aún pueden contribuir a la acumulación de calor ya que funcionan en segundo plano.
Ser meticuloso acerca de instalar actualizaciones de teléfonos en cuanto surjan y evitar la tentación de retrasarlas. Estas actualizaciones a menudo contienen optimizaciones que mejoran la eficiencia del teléfono, reduciendo aún más la posibilidad de sobrecalentamiento.
Por último, limite los juegos y la transmisión de video en condiciones cálidas. Esto se debe a que este tipo de actividad requiere una gran potencia de procesamiento, lo que genera mucho calor.
Por supuesto, la mejor manera de prevenir el sobrecalentamiento es apagar el teléfono y desconectarse físicamente. Aunque eso suene fácil en la práctica, quizás en el mundo ‘conectado’ de hoy, sea un paso demasiado lejos para la mayoría.
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