La última película de Jason Reitman, Saturday Night, es un encantador homenaje a los caóticos y emocionantes momentos previos a la primera emisión de “Saturday Night Live” en 1975. Esta película captura la esencia de una noche crucial en la historia de la televisión, mezclando humor, tensión y nostalgia en una historia cautivadora.
Desde la primera escena, Reitman sumerge al público en la energía frenética del Studio 8H. El ritmo de la película refleja la urgencia del debut del programa, con la cámara siguiendo a Lorne Michaels (interpretado brillantemente por Gabriel LaBelle) mientras navega por las múltiples dificultades de lanzar un programa de comedia en vivo. La cinematografía, filmada en película de 16mm, agrega una sensación cálida y vintage que complementa perfectamente el entorno de los años 70.
El elenco de actores es simplemente espectacular. La interpretación de Cory Michael Smith como Chevy Chase es a la vez arrogante y entrañable, mientras que Matt Wood como John Belushi es una fuerza mercurial de la naturaleza. Dylan O’Brien como Dan Aykroyd aporta una energía dinámica a su papel, capturando el espíritu del personaje de Aykroyd. Rachel Sennott, interpretando el papel de una joven escritora que lucha por encontrar su voz en medio del caos, ofrece una actuación conmovedora y humorística. El viaje de su personaje desde la incertidumbre hasta la confianza es un punto destacado, mostrando la versatilidad y profundidad de Sennott como actriz. Ella Hunt, interpretando a una decidida asistente de producción, aporta una energía refrescante a la pantalla. La determinación y rapidez de pensamiento de su personaje son cruciales para navegar por los numerosos obstáculos que surgen. La interpretación de Gabriel LaBelle como Lorne Michaels es particularmente notable, capturando la determinación y la ansiedad del joven productor. La interpretación del elenco de sus personajes fue tan precisa que hizo que esta historia fuera mucho más creíble, casi transportando a los espectadores en el tiempo.
Una de las fortalezas de la película es su capacidad para equilibrar el humor con momentos conmovedores. El guion, coescrito por Reitman y Gil Kenan, está lleno de diálogos ingeniosos y referencias inteligentes a icónicos sketches de SNL. Sin embargo, también profundiza en las luchas personales y los triunfos del elenco y el equipo, haciendo que los personajes sean cercanos y humanos.
Saturday Night no es solo una película para los fanáticos de SNL; es una celebración de la creatividad y la perseverancia. Destaca el esfuerzo colaborativo requerido para producir un programa en vivo y la pasión que impulsa a los artistas a superar límites. La dirección de Reitman es magistral, fusionando perfectamente comedia y drama. Su atención al detalle es evidente en cada fotograma, desde los sets meticulosamente recreados hasta los auténticos trajes.
A pesar de su narrativa rápida, Saturday Night se toma el tiempo para explorar las historias personales de sus personajes. La película profundiza en las presiones y expectativas a las que se enfrentan el elenco y el equipo, ofreciendo un vistazo a sus esperanzas y miedos.
Como gran fanático de SNL, Saturday Night es un triunfo de narración y cinematografía. Captura la magia y la locura de una noche histórica en la televisión. Ya seas un seguidor de SNL de toda la vida o nuevo en el legado del programa, esta película es imprescindible. Es un torbellino nostálgico que celebra el poder de la comedia, que puedo describir simplemente en dos palabras… brillante biopic.
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