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Miquel Deyà del Sol y Mar Aparthotel en Cala Bona dice que ha sido contactado por una fuente anónima que ha pedido 300,000 euros para poner fin a la ocupación por parte de okupas. Explica que otro miembro de la dirección del hotel también ha sido contactado. Esta otra demanda fue de 240,000 euros. Para Deyà, este es un claro caso de chantaje al que el hotel no cederá. La dirección tomará las medidas legales apropiadas para hacer frente a una situación que potencialmente sienta un peligroso precedente para el sector hotelero de Mallorca.
Actualmente hay un escenario extraño en el hotel. Se ha confirmado que todavía hay cuatro okupas en las instalaciones. Hay otras personas que logran suministrarles comida y agua. Insisten en que no tienen interés en ninguna extorsión. “No queremos dinero, solo un hogar”, dice uno, agregando que entregaron entre 800 y 1,000 euros a alguien llamado Dimitri para poder entrar en los apartamentos del hotel.
Según uno de ellos, ha estado okupando desde noviembre. Otro de los cuatro aparentemente ha estado allí desde diciembre. La dirección del hotel cree que esto es imposible. Lo primero que la dirección supo de los okupas fue el pasado domingo. A finales de octubre, cuando el hotel cerró por la temporada, se cortó el agua y la electricidad.
Mientras tanto, con la presencia permanente de la Guardia Civil o la policía en la zona, se están realizando algunos trabajos de mantenimiento. Esto incluye reparar o cambiar cerraduras.
El jueves, el consejero de Turismo de las Islas Baleares, Jaume Bauzá, visitó el hotel. Pudo hablar con el okupa de mayor edad, Antonio, y le dijo que la solución para su situación no era okupar, sino acudir a los servicios sociales. Antonio le dijo al ministro que entendía su posición, agregando “no queremos problemas” y sugiriendo que el hotel los estaba “coaccionando”.