“
Los miembros del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de las Islas Baleares, Seprona, han incautado 13 armas de aire que excedían el límite de potencial de disparo, como parte de la operación ‘Skade’. Los agentes llevaron a cabo la operación debido a las numerosas quejas y denuncias presentadas por particulares y asociaciones, en las que exponían el aumento de controles de población animal en diferentes puntos del territorio insular, mediante equipos letales, de especies columbiformes y galliformes (desde especies comunes de aves de corral domésticas como pollos, pavos y pichones, hasta las especies más exóticas encontradas en estado salvaje y en colecciones zoológicas).
De acuerdo con la normativa específica, se deben priorizar los medios no letales en el control de población de estas especies en áreas urbanas. Se contactaron diferentes empresas dedicadas al control de vida silvestre para verificar el equipo y las técnicas utilizadas, así como las demandadas, incluidos los organismos públicos. La información obtenida destacaba el uso de armas de aire comprimido, que dada su relativamente baja potencia de fuego, inferior a 24,2 julios, están exentas de control por parte de la Intervención de Armas de la Guardia Civil y requieren la posesión de una tarjeta de arma de cuarta categoría, emitida por el ayuntamiento donde reside el propietario.
Los agentes de Seprona llevaron a cabo la verificación de la potencia de fuego de las armas de aire, con el resultado inesperado de que algunas de ellas superaban notablemente el límite de 24,2 julios, lo que duplica y casi triplica el valor permitido, por lo que en este caso sería necesario contar con una licencia de armas tipo E.
La Guardia Civil no ha cerrado la investigación y hasta la fecha ha incautado 43 armas como resultado de un total de 48 inspecciones. El Servicio de Protección de la Naturaleza es el responsable de la conservación de la naturaleza y la gestión de la industria cinegética y pesquera. Sirve para llevar a cabo y supervisar las disposiciones estatales para preservar la naturaleza, el medio ambiente, los recursos hídricos y preservar la riqueza en la caza, la acuicultura, la silvicultura y otras industrias relacionadas con la naturaleza. También están muy involucrados en el trabajo contra vertidos y contaminación, el comercio ilegal de especies protegidas, actividades cinegéticas y pesqueras no reguladas, protección de espacios naturales y prevención y extinción de incendios.
La idea de SEPRONA se remonta al 7 de junio de 1876, cuando la monarquía española ordenó a la Guardia Civil asumir nuevos objetivos de seguridad y policía, que van desde la protección de montañas públicas, la prevención de incendios, la prevención de royalties clandestinos y otros recursos. Sin embargo, no fue hasta 1986 cuando el Estado exigió que la Guardia Civil garantizara la conservación de la naturaleza y el medio ambiente. Así, en 1988, la Guardia Civil creó el Servicio de Protección de la Naturaleza, o SEPRONA, garantizando a los ciudadanos españoles el derecho a un entorno adecuado y el derecho a preservar el medio ambiente.
SEPRONA se reorganizó nuevamente en 2000, y desde entonces se le confía la prevención de daños ambientales y la protección de bienes muebles e inmuebles catalogados como bienes históricos en todo el territorio nacional español y su territorial, incluida la preservación marítima de especies protegidas y en peligro de extinción. “Su base de trabajo es muy extensa, y sus componentes trabajan con más de 2000 leyes y decretos en constante y continua adaptación tanto a los cambios de política de la Unión Europea, del Estado, de la comunidad autónoma e incluso de las ordenanzas municipales, siendo la especialidad de la Guardia Civil, que maneja más legislación”.
“